El policía nacional jubilado Pedro Mielgo Silván, que propició la detención de Montserrat González y su hija Triana Martínez tras el asesinato en mayo de 2014 de la presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco, aseguró ayer ante el tribunal de León que juzga el crimen que pensó que le iban a dar un tiro.

Mielgo, de 68 años, paseaba con su mujer y presenció cómo Montserrat González disparaba contra Isabel Carrasco, a la que su esposa reconoció previamente cuando la víctima transitaba por el mismo lugar. Este policía desmontó con su declaración la versión de los hechos que ofreció Montserrat González, quien aseguró ante el tribunal que arrojó al bolso con el arma a la entrada de un garaje nada más abandonar la pasarela donde disparó contra Isabel Carrasco. Mielgo sostiene que mientras la siguió llevaba el bolso y que cuando la perdió en la plaza del Colón todavía estaba en su poder, aunque cuando la volvió a ver unos segundos después ya se había deshecho de él.

La importancia de la declaración radica en que la defensa de Montserrat González y de su hija Triana Martínez pretende demostrar que ésta recogió el bolso que vio tirar a su madre sin saber que había matado a Isabel Carrasco, porque no había ningún plan urdido, ni conocía la intención de su madre de acabar con la vida de la dirigente política. Por el contrario, la Fiscalía sostiene que la madre entregó el bolso a su hija para que escondiera el arma porque habían preparado previamente un plan para matar a Carrasco, en el que también estaría implicada la policía local Raquel Gago.

El policía jubilado relató como siguió a la autora de los disparos, pero no reconoció su voz en la llamada de un hombrfe a emergencias en al qeu alertaba del crimen y anunciaba que iba siguiendo a la asesina. Su mujer sí reconocio la voz como la de su marido. Ante esta situación las defensas le acusaron de falso testimonio, en un intento de desvirtuar su declaración.

Mielgo, que relató que llamó a Emergencias para alertar del crimen, explicó que poco después de las 17 horas de aquel día se encontraba con su mujer en la pasarela sobre el río y vieron a Isabel Carrasco. Detrás de ella, precisó, iba a otra mujer a unos dos metros vestida con una parka de color caqui, un gorro negro y gafas de sol, que su mujer pensó que era la escolta de la primera y así se lo comentó. Poco después, tras cruzarse con ambas mujeres, escucharon un ruido "como un petardo" y al darse la vuelta vieron cómo la mujer rubia caía al suelo "de forma rígida". "A continuación vimos cómo la mujer que iba detrás daba dos pasos, se agachaba y disparaba tres veces en la cabeza a la que estaba en el suelo", ha rememorado Mielgo.

Según su relato, la mujer que efectuó los disparos se dio la vuelta, se tapó la cara con un pañuelo y se dirigió hacia ellos tras guardar la pistola en un bolso que llevaba en bandolera.