El matrimonio estadounidense detenido por la muerte de su hijo de 7 años en su piso de Girona, con cuyo cadáver convivieron entre uno y tres meses sin que hayan sabido concretar cuándo ocurrió, quedó ayer en libertad tras declarar ante el juez que mantiene la acusación de homicidio imprudente y les prohíbe salir de España.

La imputación contra Bruce y Schrell H., de 39 y 38 años, originarios de Detroit, cada vez está "más debilitada", según el fiscal, Enrique Barata. Si las pruebas de tóxicos salen limpios y en las investigaciones pendientes no se constata que hubieran comunicado a alguien la defunción del menor, lo que pondría en duda toda su versión, es posible que el caso acabe archivado.

Los padres de Caleb, el pequeño fallecido, explicaron ante el juez que padecía problemas respiratorios: una asma crónica, como su madre, y que seguía tratamiento médico. En el piso había medicamentos homeopáticos y una máquina para suministrar inhaladores, aunque la pareja no supo concretar qué día fue el padre a despertar al niño y éste no despertó.

El abogado de la defensa, Christian Salvador y el fiscal sostienen que este matrimonio cristiano hace una interpretación concreta de la Biblia, pero que no son fanáticos religiosos, sino que se negaron a "asumir o aceptar la muerte del pequeño". La familia, indican, actuó como si el pequeño durmiera y "la aceptación de la muerte no se produjo hasta el martes -día 5- cuando la policía entró en el piso, ya que, hasta entonces, creían que podía despertar". Sin embargo, el fiscal ha destacado la incongruencia de que creían que dormía y el hecho de que el día que no despertó su padre le hizo un masaje cardíaco y el boca a boca. El informe psiquiátrico de la pareja concluye que "no tienen ningún trastorno mental relevante, por lo que sabían lo que hacían, sí hay, no obstante, una gran aflicción por la muerte del niño".

La prioridad de la pareja es, según el abogado defensor, recuperar a sus hijos, de 14 y 12 años tutelados por la Generalitat, aunque primero se deberá valorar la afectación psicológica que han podido sufrir tras "dormir y convivir" junto al cadáver del hermano.