Durante un mes los padres y los dos hermanos del niño de 7 años hallado muerto en un piso en Girona convivieron con el cadáver del pequeño entre mantas. Los progenitores, estadounidenses de 38 y 39 años, fueron detenidos el martes por la noche como presuntos autores de un delito de homicidio imprudente. Sus otros dos hijos, de 12 y 14 años, un niño y una niña, recibieron también atención psicológica y quedaron bajo la tutela de la Generalitat.

La familia llegó a Girona hace unos dos años y se instaló en el barrio de Sant Pau. El padre es ingeniero y podría estar vinculado al consulado estadounidense El matrimonio, de clase acomodada, pagaba unos 1.100 euros de alquiler al mes y, según las mismas fuentes, sus tres hijos no estaban escolarizados en ningún centro educativo de la capital gerundense, sino que daban clases a través de Internet, y sólo hablaban inglés.

En septiembre dejaron de pagar el alquiler a la propietaria del piso, que fue quien descubrió la muerte del niño cuando acudió cobrar los meses atrasados. Los policías encontraron al pequeño en avanzado estado de descomposición y envuelto entre abundantes sábanas y mantas. Además, unos colchones colocados alrededor de la cama, a modo de mesa, les hizo sospechar de que la familia hacía vida en torno al pequeño en esa misma habitación.