Los Mossos d'Esquadra encontraron ayer muerto a un niño de 7 años de edad en un piso en el centro de Girona que, al parecer, llevaba varios días muerto. Según señalan fuentes de Policía Autonómica, los padres del pequeño, de nacionalidad norteamericana y presentes en el inmueble, fueron trasladados a comisaría para prestar declaración.

Fue la propietaria del piso, ubicado en la calle Joan Roca i Pinet, la que dio aviso a las fuerzas de seguridad tras presentarse en la vivienda para cobrar el alquiler. Apuntó que al "detectar cosas extrañas", como no abrirle la puerta y escuchar ruidos en el interior, decidió llamar a la policía, que encontró el cuerpo a las 11.45 horas. Los padres, aunque "bastante alterados", no opusieron resistencia a la entrada de los agentes.

A la espera de la autopsia

La investigación se encuentra abierta y la autopsia del menor deberá esclarecer las causas de su muerte, aunque a priori el cuerpo no presenta signos de violencia. Según fuentes cercanas, los progenitores tienen también otros dos niños, aunque se desconoce si estaban en el interior del piso. Las mismas fuentes policiales explicaron que la familia, de clase media, vive en Girona hace más de un año aunque no mantiene mucha relación con los vecinos.