La pareja apenas llevaba medio año residiendo de alquiler en el piso de la calle Carrizo donde ocurrieron los hechos. Anteriormente vivieron en la cercana calle Xílgaro. Allí, ambos solían ir a una cafetería, bien juntos o separados. "Los conocíamos a los dos; él decía que tenía problemas con ella, y ella que con él; María aún estuvo aquí el martes, nos contaba que no estaban bien, que discutían, que él se enfadaba mucho, aunque jamás me contó que le pusiese la mano encima", afirma la dueña de ese bar. "Él quería separarse; y yo a ella le decía que lo hiciese, que no podían seguir así, pero ella me decía que a dónde iba a ir, con la edad que tenía...; yo creo que era porque pese a todo lo quería", agrega esta mujer.
En el mismo edificio del suceso vive María Luisa Novoa, de 82 años. Su nieta, de 18 años y que la pasada madrugada dormía con ella en la vivienda, fue quien dio la alerta. "Escuché gritos otras veces; tenía problemas con el marido porque él tenía problemas de cabeza, estuvo en el hospital por eso; María llegó a dormir en el portal o en parques porque él no la dejaba entrar en casa; ella nos decía que quería separarse y que se iba a ir a Salceda", cuenta la chica. Su abuela dijo sobre esta pasada madrugada: "Se escucharon golpes a lo bestia, tuvo que ser él quien la arrojó, ella no se tiraría; él la trataba mal", se lamentó la octogenaria.
