Los clanes gitanos de vendedores ambulantes gallegos y zamoranos que el pasado viernes se enfrentaron en una reyerta que acabó con seis heridos y obligó a clausurar el mercadillo de Cangas, han decidido por primera vez obviar la ley gitana y dirimir sus enfrentamientos en los juzgados. Sinaí Giménez, de los morones e hijo del denominado rey de los gitanos gallegos, y su madre Flora Giménez Gabarry, denunciaron ayer por separado las agresiones ante el juzgado número 8 de Vigo, en funciones de guardia. La mujer amplió después en la Fiscalía de Vigo la denuncia que presentó ya el día 7 de octubre de 2015, en la que se acusaba a los zamoranos de "robar niños inmigrantes", así como de "la violación de una niña de 15 años". Flora Giménez Gabarry asegura que el origen de la reyerta multitudinaria fue precisamente esa denuncia, porque los zamoranos pretendían que la retirase y ella se negaba. Sinaí Giménez también puso en conocimiento del juzgado de guardia de Vigo su versión de lo ocurrido en Cangas el día 17 . Si en un comunicado público el día de los hechos informó de que sus heridas obedecían a que se había caído, ayer aseguró que le pegaron. "Si no lo dije antes fue para evitar males mayores", explicó.

Tras enterarse de las demandas judiciales, los zamoranos consideran que los morones rompieron la ley gitana que prohibe las denuncias entre sí a través del sistema judicial payo, por lo que ahora "seremos nosotros los que denunciaremos todo lo que nos hicieron. Tenemos 250.000 grabaciones y vídeos donde aparece todo. Ahora empezaremos a pagar ojo por ojo y diente por diente. Ellos cuentan mentiras, pero nosotros contaremos la realidad. Si pidieran algo justo en los arreglos se les hubiese dado, pero como quieren la ley del embudo? Haremos lo que numerosas autoridades locales y judiciales nos dijeron que hiciéramos, denunciar nuestra situación", señala un portavoz del clan de los zamoranos, que califica de "historias para no dormir de Sinaí Giménez las acusaciones sobre robo de niños y violaciones".

Sinaí Giménez, aunque no consta en su denuncia, explicó a la salida de los juzgados que entre 250 y 300 niños de los gitanos gallegos no fueron ayer a clase en Vigo, Redondela y Val Miñor "porque hemos recibido amenazas de los zamoranos, a través de llamadas telefónicas de números privados, diciendo que si los denunciábamos tomarían represalias con los menores".

Sinaí Giménez rechaza la acusación de que su clan intentara cobrar por los puestos de los mercadillos a los zamoranos. Asegura que la de Cangas era la primera feria en la que coincidían con ellos tras la denuncia presentada por su madre en la Fiscalía. "Un zamorano, hermano del pastor denunciado por la trama de bebés, puso el puesto donde no le correspondía para provocar y que mi madre le llamara la atención porque ocupaba parte de su sitio. Y en cuanto se lo dijo fueron a por ella. Salieron con hierros para pegarle, yo lo vi, me metí y me dieron. Los zamoranos van de buenos y dicen que nosotros somos muy malos, pero no es lógico que 150 personas vayan a matar a una anciana. Conseguimos parar los golpes esgrimiendo también barras de hierro, pero ellos eran 150 y nosotros muchos menos. Van de buenos pero han demostrado que si pueden, matan. Pretendían linchar a 5 ó 6 gitanos gallegos, pero gracias a la rápida actuación de la Guardia Civil y la Policía de Cangas que evitaron que nos mataran. Nos fuimos escoltados por la Guardia Civil que nos aconsejó que marcháramos porque podían matarnos".

En cuanto a la posibilidad de que vuelvan a reproducirse reyertas similares, Sinaí Giménez manifestó ellos acudirán a los mercadillos gallegos en bloque para defenderse: "No vamos a hacer nada. Queremos que actúe la justicia", asevera. El Concello de Cangas, que abrirá expediente a los nueve vendedores ambulantes de ambos clanes imputados en la reyerta, autorizará la feria del viernes pero con presencia policial.