Penas que suman 24 años de prisión y una indemnización a la víctima de 40.000 euros. El Tribunal Supremo confirma la condena impuesta por la Audiencia de Valladolid a una pareja rumana que obligó a prostituirse a una compatriota menor de edad, que tenía 15 años, en clubs de alterne de Medina del Campo y Padrón, hasta que fue rescatada por la Policía Nacional de Santiago de Compostela en octubre de 2013. El Alto Tribunal ratificó el viernes pasado una condena de 11 años de prisión para Cristina Calin por un delito de trata de seres humanos y falsedad en documento oficial, y 12 años y nueve meses de cárcel para Plamen Vasilev Heorguiev por los mismos delitos.

Cristina Calin, según los hechos probados, trajo desde Rumanía a Medina del Campo a la menor con la falsa promesa de trabajar como cuidadora de un niño. Una vez en España, ella y su pareja le quitaron la documentación y la obligaron a ejercer la prostitución pese a las negativas de la víctima en el Club Jamaica de San Miguel del Pino, para lo que aportaron un pasaporte falso. La adolescente, en un descuido, logró huir de la pareja y se trasladó a Santiago de Compostela en autobús tras haber contactado con un grupo de compatriotas de su pueblo a los que pidió ayuda. Sus problemas no terminaron, ya que éstos se pusieron en contacto con Cristina y Plamen que les "vendieron" a la menor, por lo que otra vez fue obligada a prostituirse en un club de Padrón. El clan rumano asentado en Galicia habría llegado a pagar una contraprestación económica al de Valladolid a tenor de un contrato localizado en uno de los registros efectuados tras la liberación de la menor.

La adolescente aprovechó que la llevaron a un centro comercial de Santiago en octubre de 2013 para huir y pedir ayuda a la Policía Nacional. Los agentes la vieron cuando huía corriendo tras una paliza que le había propinado el responsable del clan rumano que la explotaba. Ya en comisaría relató que la obligaban a trabajar en condiciones de semiesclavitud y que en Medina del Campo llegó a realizar hasta 14 servicios diarios durante los fines de semana. En caso de no cubrir el número previsto Plamen Vasilev le recriminaba y sospechaba que le estaba engañando. La menor estaba obligada a entregar todo el dinero de los clientes y era sometida a todo tipo de agresiones y vejaciones.

La operación policial se dividió en dos fases, una desarrollada en Valladolid con 6 detenidos, y otra en Santiago con cuatro arrestos. Finalmente en el banquillo de la Audiencia de Valladolid sólo se sentó la pareja rumana que trajo a España a la menor con engaños.