El arousano Ramiro Vázquez Roma, reconoció ayer ante los magistrados de la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra que orquestó en octubre de 2007 el desembarco en dos lanchas rápidas de más de tres toneladas de cocaína que pretendía introducir de madrugada a través de dos playas en Bueu y en O Grove. Relató, además, como se vio sorprendido por el despliegue del Servicio de Vigilancia Aduanera y como al grito de "¡estampida!" fue alertando al resto de los integrantes del grupo que había que poner pies en polvorosa, mientras las lanchas iban arrojando los fardos de droga al mar.

El cabecilla del "Clan Roma", reconoció punto por punto los hechos que recoge el fiscal en su escrito de acusación lo que anticipa un acuerdo que permitiría rebajar sensiblemente las duras penas de prisión a los que se enfrenta actualmente tanto él como varios de sus familiares y conocidos. Vázquez Roma se mostró de acuerdo con los hechos que le imputa la acusación pública pero no con la pena. Actualmente el fiscal antidroga, Luis Uriarte, reclama 27 años de cárcel para el líder de este grupo por narcotráfico y blanqueo, aunque según diversas fuentes consultadas, la petición de pena del fiscal tras la colaboración y el arrepentimiento manifestado ayer por el principal acusado podría permitir rebajar en más de la mitad el tiempo de la condena. Lo mismo ocurriría para muchos de sus familiares y conocidos, así como para el resto de los acusados que ayer reconocieron su participación de una u otra forma en esta operación de droga, tanto en la descarga como en actividades de logística o de vigilancia policial.

De la veintena de acusados, la práctica totalidad reconocieron los hechos, sin embargo, dos a los que el fiscal considera piezas claves del entramado niegan su relación con el transporte de droga. Uno de ellos es el presunto intermediario de Vázquez Roma con los dueños de la droga en Sudamérica, Juan Antonio Garre Lázaro. Afirma no reconocerse en las escuchas telefónicas que citó el fiscal y negó ser el representante de ninguna organización dedicada al narcotráfico. Sin embargo, la declaración de Vázquez Roma lo dejó en mal lugar al señalar que era el encargado de negociar con él asuntos como el precio de las embarcaciones y lo reconoció como interlocutor en algunas de las escuchas interceptadas por la Policía, por ejemplo en la que le dice a Vázquez Roma que va a necesitar dos "albañiles" en lugar de cuatro, refiriéndose a cuatro lanchas rápidas. Unas lanchas que Vázquez Roma construía en el astillero de Portugal Vianapesca, del que era socio y gerente otro de los acusados que negó los hechos, Jorge Lorenzo Santiago. Aseguró que en dicho astillero nunca se construyeron embarcaciones para el narcotráfico, aunque otra cosa es el uso que pudieran darle sus clientes. Instantes antes, Roma confesó que en el astillero sí construyó alguna embarcación para el tráfico de drogas y que era Lorenzo "el que preparaba las lanchas".

Varios de los implicados se reconocieron en algunos de los pinchazos telefónicos. Una de las mujeres llamó a Vázquez Roma para alertarle de que "anda por ahí la gaviota".. Finalmente, los agentes pudieron recuperar más de tres mil kilos de cocaína en las dos lanchas que embarrancaron en Bueu y en O Grove.