Un acusado de abusar sexualmente de dos peregrinas del Camino de Santiago se sentará el 6 de octubre en el banquillo de la sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña. La Fiscalía solicita al tribunal que lo condene a ocho años y medio de cárcel. El sospechoso, que tiene antecedentes penales por una violación posterior a los hechos que se enjuiciarán el mes que viene, atacó a la primera víctima, de nacionalidad italiana, sobre las 13.40 horas del 18 de mayo de 2010 en el tramo comprendido entre Negreira y el albergue de Olveiroa-Dumbría, en el término municipal de Mazaricos.

El Ministerio público relata en su informe sobre los hechos que simuló que su coche estaba averiado para esperar a la mujer, que caminaba sola. Cuando la peregrina llegó a su altura, se puso delante de ella para "bloquearle el camino", según sostiene el fiscal, y la agarró por los hombros para inmovilizarla. "Ella le dio empujones y patadas hasta conseguir liberarse. Logró soltarse, pero el acusado la alcanzó y, mientras con una mano la sujetaba, con la otra le tocaba los pechos", relata la Fiscalía en su escrito de calificación, en el que indica que la afectada logró liberarse cuando el agresor se distrajo para comprobar que no se acercaba nadie.

No había pasado ni un mes cuando el hombre volvió a abordar a otra peregrina que hacía el Camino de Santiago en el término municipal de Mazaricos. Eran entre las 18.00 y las 19.00 horas del 6 de julio de 2010. La mujer, de nacionalidad francesa, iba sola y llevaba a un burro. El sospechoso entabló conversación con ella y, "a pesar de la diferencia idiomática", la víctima comprendió que le hizo una proposición sexual. De hecho, le llegó a ofrecer dinero, pero ella lo rechazó e intentó seguir su camino. La Fiscalía considera acreditado que el sospechoso la siguió. Al sentirse intimidada, la mujer le exhibió el palo que portaba para intentar que desistiese de su propósito. El procesado reaccionó cogiendo con fuerza un extremo del palo y la hizo caer al suelo, donde le rompió el pantalón. "Se lo destrozó completamente con el fin de alcanzar su zona genital", indica la Fiscalía, quien describe los tocamientos a los que sometió a la víctima, quien intentó defenderse "luchando intensamente". De hecho, está acusado de cometer un delito de intento de violación.

Los gritos de la mujer ahuyentaron al agresor porque temió que se acercase alguien. Antes de darse a la fuga, intentó robarle el bolso a la afectada, pero no lo consiguió. La peregrina sufrió lesiones en diversas partes del cuerpo, por lo que necesitó una primera asistencia médica. En curar de las heridas tardó 12 días. Como secuelas, le quedaron síntomas propios del estrés postraumático, tales como "sensación de vulnerabilidad a nivel afectivo y emocional, dificultad para soportar ser observada, ansiedad al recordar los hechos, temor a caminar sola, visión negativa de los hombres, alteración del sueño y llanto", según asevera el fiscal en su informe.

La acusación pública calificó los hechos como constitutivos de tres delitos: agresión sexual, intento de violación y robo con violencia. El procesado se enfrenta a una petición de condena de 8 años y medio de cárcel. La Fiscalía también reclama al tribunal de la Audiencia Provincial que le imponga el pago de 500 euros a la primera víctima y de 5.000 a la segunda por los perjuicios morales, las lesiones y los daños psíquicos que le causó.