"Me despertaron de madrugada a punta de pistola, me obligaron a entregarles las joyas y abrir la caja fuerte... Me amenazaron con matar a mis hijos y me dieron tos sobre ellos para que supiera que iban en serio". Así resumía ayer el asalto que sufrió en su chalé de Panxón (Nigrán) en 2011 una mujer que acabó maniatada por tres encapuchados y pasó sola toda la noche hasta que la asistenta la encontró por la mañana.

La víctima de este robo testificó ayer ante el tribunal coruñés que juzga al vigués Óscar R.R., de 39 años, y supuesto cabecilla de la conocida como "banda del gas" , desarticulada tras "volar" en 2013 un cajero en una entidad bancaria de Porriño. La vista oral se celebra en A Coruña porque el primero de los robos violentos que se le imputan tuvo lugar en una entidad bancaria de la localidad coruñesa de Oroso, donde encañonaron al director para llevarse 41.664 euros.

Los otros tres integrantes de la banda, los vigueses Carlos Pablo F.P., de 60 años y y Manuel Francisco C., de 40, así como el vecino de Porriño Héctor M.F., de 27 años, se sentaron en el banquillo de los acusados el martes para confesar su participación en la explosión del cajero automático de Porriño y aceptar seis meses de cárcel. Una pena más que cumplida ya que permanecieron más tiempo en prisión provisional.

Óscar R.R., que se enfrenta además a las acusaciones de robo con violencia y asalto a una vivienda de Nigrán, para quien el fiscal pide penas que suman 33 años de cárcel. Negó su participación no solo en el asalto bancario de Porriño, sino también en el de Oroso y en la vivienda de Panxón, pese a que dejó su ADN en una sudadera y en el vaso en el que se bebió una cerveza. Nadie ha podido reconocerle, pues los ladrones actuaban en grupos de tres y encapuchados.

Además de la víctima del asalto de Nigrán, ayer declararon ante el tribunal la empleada que la rescató por la mañana, su hijo y varios policías que participaron en la investigación. Hoy la causa quedará vista para sentencia.