Miguel Ángel Muñoz Blas, el "criminal del Camino", cortó las manos al cadáver de la peregrina norteamericana con una sierra para dificultar la identificación del cuerpo, encontrado el pasado viernes por la noche en una finca propiedad del detenido en las cercanías de la localidad leonesa de Castrillo de los Polvazares. La herramienta podría ser la misma en la que los investigadores localizaron la pasada semana restos de ADN de la mujer, lo que precipitó la búsqueda y detención de Muñoz.

Los investigadores centraron ayer la búsqueda de las extremidades de Thiem en una fosa séptica de la parcela de Muñoz. Según diversas informaciones, encontraron restos óseos que podrían ser de las manos. El desmembramiento del cadáver complica la estrategia de defensa, basada en probar que fue un homicidio involuntario.

"Vi llegar a la peregrina.Iba sola. Salí a su camino para encontrármela.Me dijo que se había perdido. Empece a hablar con Denise, pero en un momento dado desconfió de mí. Entonces le di un golpe en la cabeza con un palo y al caer al suelo su cabeza impactó con una piedra. Sangraba mucho. Me incliné a ver cómo estaba. Le miré el pulso. Estaba muerta. La desnudé y la enterré. Después, la desenterré y la tiré a los matorrales". Esta fue la confesión de Muñoz ante la juez de Astorga durante la declaración voluntaria de la noche del lunes, realizada después de que a mediodía hubiera asegurado que se encontró el cadáver en su finca y que no dio cuenta del hallazgo por miedo a ser acusado.La autopsia realizada a la peregrina confirma que su muerte fue violenta. El cadáver presenta un fuerte golpe en la cabeza.

El abogado de Muñoz precisó que, tras comprobar que la mujer estaba muerta, su defendido trasladó el cadáver por un paraje inhóspito y que luego lo enterró en una zona "con muchos agujeros, debido a la presencia de jabalíes".

Los registros en su finca han permitido conocer que contaba con un notable dispositivo para confundir y atacar a los peregrinos. Pintaba señales amarillas falsas, pero similares a las jacobeas, con el objetivo de atraerlos a su finca, donde había instalado dos miradores elevados para seguir sus pasos con la ayuda de unos prismáticos. Para perpetrar sus ataques, usaba un palo y un artilugio que se usa con el ganado y produce descargas eléctricas.

En la misma zona en la que Muñoz atacó a Thiem se habían producido otros incidentes con peregrinas. Una de ellas -alemana- contó a la Policía que logró zafarse por poco de un varón que la abordó ataviado con un pasamontañas. Otra peregrina se salvó porque tenía conocimientos de artes marciales y consiguió huir tras dar una patada en los testículos al hombre. Aunque no consta que en la autopsia de Thiem se hayan encontrado indicios de una agresión sexual, fuentes de la investigación no descartan que éste fuese, junto al robo, el móvil de Muñoz.

En el registro de su cabaña, se localizaron 37.000 euros en un zulo de hormigón. El detenido es parado de larga duración y tiene unos ingresos de 400 euros al mes.