El guardia civil imputado en la muerte del exbatería de Los Piratas ha defendido ante la juez de Ponteareas su actuación. "Mi compañero corría peligro", relató en su declaración de esta mañana que apenas duró una hora.

El agente describió la tensa escena que acabaría con un disparo mortal a Javier Fernández. En respuesta a las preguntas de la magistrada y su abogado explicó que Hal 9000 amenazó a su compañero con "un tenedor y un cuchillo en alto", llegando a agredirle, por lo que le disparó. Según su testimonio, apuntó a la pierna y desde el umbral de la puerta aunque el proyectil impactó en su abdomen. La autopsia indica que la bala mortal entró por el hipocondrio izquierdo y salió por el glúteo, hiriéndole en la vena cava.

El imputado también testificó que la viuda, Andrea Montes, había recibido "una paliza brutal y que estaba sangrando por la nariz y por la boca" cuando llegaron al domicilio. El abogado de la familia de la víctima negó tal afirmación.

El guardia civil llegó puntual a los juzgados de Ponteareas. El agente, citado para declarar a las 9.30 horas, se presentó en sede judicial arropado por varios compañeros y con su letrado.

La magistrada trata de esclarecer las circunstancias que rodearon al fatal desenlace para determinar las responsabilidades que la familia de la víctima reclaman a los guardias civiles que acudieron al domicilio familiar y el psiquiatra del músico.

La viuda de Hal 9000 - apodo del fallecido- manifestó en varias ocasiones que su doctor le había retirado la medicación para el transtorno bipolar que padecía y que ello le provocó la crisis que acabaría con su vida. Sin embargo, el juzgado esclareció ayer este punto, negando que el doctor le retirase el tratamiento, sino que "había pautado una reducción de la misma".

Con la comparecencia esta mañana del guardia civil imputado por homicidio imprudente se cierra la ronda de declaraciones, tras haber tomado testimonio a la viuda, un amigo del exbatería, dos sanitarios y el agente presuntamente agredido por Javier Fernández.

Queda por aclarar si el personal sanitario que acudió al domicilio el día del suceso sabían del transtorno bipolar del fallecido, puesto que el médico y el enfermero interrogados negaron tener conocimiento aunque la familia de la viuda sostiene que les había informado.