El macabro hallazgo de la cabeza y el tronco de un hombre, enterrados en una finca de la pedanía de Ondara (Alicante), ha llevado a la detención de un varón en Alicante considerado supuesto autor material del crimen y de esparcir y enterrar en fincas distantes hasta 10 kilómetros los restos del cadáver. La víctima es un español, de 59 años, desaparecido en el municipio alicantino de Dénia y en cuya vivienda se habían hallado restos de sangre.

Hasta el momento se han encontrado enterrados el tronco y la cabeza del hombre, y ayer se recuperaban un brazo, un antebrazo y una mano en otra finca que dista unos 10 kilómetros de los primeros enterramientos. Las fuerzas de seguridad buscan el resto de las extremidades y también a los cómplices del detenido, pues se sabe que no actuó solo.

La investigación comenzó el pasado miércoles, cuando varios residentes de un inmueble alertaran del mal olor procedente del piso en el que vivía la persona desaparecida e informaran de que no le habían visto desde hacía algún tiempo.

Una vez dentro de la vivienda, los agentes comprobaron que no había nadie en su interior, por lo que efectivos de la Policía Científica acudieron al piso para realizar una inspección en profundidad que permitiera recabar pistas del paradero del desaparecido y esclarecer lo ocurrido.

Varios vecinos comunicaron que el martes pasado, un día antes de que se alertara de la desaparición de la víctima, vieron a dos hombres que sacaban del edificio un sofá envuelto en sábanas o cubierto con una lona que soltaba un líquido.

En principio la Policía agotará las 72 horas máximas que prevé la legislación antes de que el detenido por este crimen pase a disposición judicial. De momento no ha transcendido la relación que existía entre víctima y el presunto asesino, ni el móvil del crimen. Mientras, numerosos efectivos rastrean varias fincas en busca de los restos que faltan.