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Cuando las emociones se desbocan

Psiquiatras y afectados aseguran que un paciente bipolar puede mantener una vida normal con el adecuado tratamiento, aunque admiten que es muy tentador abandonar la medicación

Cambios exagerados en el estado de ánimo: fases en las que uno siente que puede conseguir lo que desee en el mundo, que está rebosante de energía, activo, super sociable, que apenas necesita dormir y tiene la chispa y el ingenio con el que logra gustar a fases en las que se cae en la una profunda depresión y apenas puede levantarse de la cama.

La bipolaridad -un trastorno mental que ha vuelto a colocarse en primera plana por el caso del batería de Los Piratas, Javier Fernández- afecta a un 2% de la población mundial (casi un millón de personas, entre las diagnosticadas y no sólo en España). La mitad de los afectados no saben que la padecen y de los diagnosticados, sólo la mitad sigue el tratamiento farmacológico. En el caso del batería del popular grupo, la familia del afectado aseguró que el psiquiatra le había retirado la medicación a pesar de que ellos insistieron en que la necesitaba.

Los psiquiatras insisten en que, bien controlada, no es para nada una enfermedad invalidante y que los que la padecen pueden llevar una vida completamente normal. "En la mayoría de las ocasiones la medicación es de por vida, aunque no siempre es así; cada enfermo bipolar es diferente y hay algunas veces en que la evolución es muy buena y, tras años estabilizados, se puede rebajar la medicación al mínimo e, incluso retirarse, aunque eso sucede muy pocas veces", explica el psiquiatra Tiburcio Angosto. El especialista asegura que lo más importante para conseguir una buena evolución es "que el paciente sea consciente de su enfermedad y acepte que los episodios de euforia y depresión son producidos por ella; también es esencial que respeten los tratamientos y que tengan confianza en su psiquiatra", advierte.

Angosto asegura que cuando el paciente sufre un episodio de crisis, la medicación que tienen que darle "es fuerte y tiene efectos secundarios importantes que dejan al paciente muy invalidado como temblores, ojos caídos, descenso de la líbido, coger peso... eso puede provocar que algunos pacientes, sobre todo jóvenes, decidan romper con el tratamiento, pero siempre insistimos en que esos fármacos tan sedativos solo son necesarios durante un tiempo, luego se van rebajando y, al mismo tiempo, van desapareciendo los efectos secundarios". Aún así, el experto admite que hay una parte de los pacientes que no son capaces de mantenerla y la abandonan.

"Muchos pacientes pueden llegar a mantenerse con un solo comprimido al día; el trastorno bipolar tiene mucho mejor pronóstico que otras enfermedades mentales como la esquizofrenia", añade el médico, al tiempo que opina que casos como el de Javier Fernández "no deben hacer pensar a la población que los enfermos bipolares pueden ser peligrosos porque no es así, ni tampoco hay que alarmar a los que han sido diagnosticados recientemente; la mayor parte de los pacientes están muy bien controlados y tienen una vida laboral y familiar normalizada", destaca. "Lo importante es que conozcan bien su enfermedad y sean capaces de identificar los síntomas precoces que anuncian una descompensación como el insomnio o la irritabilidad", añade.

Actualmente, Angosto asegura que la enfermedad tarda poco tiempo en diagnosticarse. "Tiene mucho que ver la herencia pero el momento más complicado de diagnosticarse es en los estadios precoces, lo que se conoce como ciclotinia, cuando las fases de actividad y depresión son moderadas y es difícil distinguir si son oscilaciones vitales o si existe un trastorno", concluye el psiquiatra.

Tiburcio Angosto | Psiquiatra

"Los tratamientos son muy largos; en muy pocos casos se retiran"

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