Carlos Mañas tiene trastorno bipolar. No es ningún secreto, al contrario. Está seguro de que si más gente se atreviese a dar el paso de hacerlo público, no existiría el estigma que rodea a su enfermedad. Este publicista vigués se dedica desde hace años a ayudar a pacientes y familias en su misma situación desde la ONG Solidarios Anónimos.

Mañas se mostraba ayer entristecido por el caso del batería fallecido a causa del tiro de la Guardia Civil. "No podemos saber exactamente cómo fue la situación, pero en general lo cierto es que las fuerzas de seguridad no tienen mucha empatía con los enfermos mentales ni formación y deberían cambiar sus protocolos; en estos casos el enfermo con una crisis está muy asustado y ver a un policía que grita y saca un arma no ayuda en absoluto; lo ideal es que un equipo sanitario acuda junto a ellos y trate de calmarlo, que también intervenga la familia... Una medicación habría evitado un entierro en este caso y eso es una tragedia", destaca Mañas.

El presidente de Solidarios Anónimos critica que los enfermos mentales "estamos muy abandonados y, con los recortes, aún más. No hay una atención de 24 horas y en muchos casos es fundamental", advierte.

Mañas recuerda que solo un 2% de las personas con enfermedad psiquiátrica llegan a cometer algún tipo de delito y el 80% de los que lo hacen no están medicados. "Lo normal es que un enfermo bipolar esté medicado de por vida; según los estados de ánimo se modifican las dosis, pero eliminar de golpe la medicación es totalmente inviable", recuerda. "Habrá que ver si el caso de Javier Fernández fue un error de diagnóstico", apunta.

Mañas tiene mujer e hijos y asegura que en esta enfermedad "el apoyo familiar es esencial". "Alrededor del trastorno bipolar hay muchos prejuicios y eso aumenta cuando aparece vinculado en los medios de comunicación a sucesos negativos... hay que dejar claro que una persona medicada y controlada tiene una vida normal", concluye.