Instituciones Penitenciarias también aplica protocolos de estricto aislamiento a David Oubel desde su ingreso en la prisión de Mansilla de las Mulas, en León. El supuesto parricida de Moraña, que fue trasladado ante las crecientes amenazas de muerte que recibía de otros reos en la cárcel de A Lama, permanece en una celda individual bajo un seguimiento con el que se trata de impedir intentos de suicidio y también agresiones por parte de otros presos.

El ambiente especialmente hostil con el que la población penitenciaria de la prisión pontevedresa recibió al que se considera autor de la muerte de sus dos hijas de cuatro y nueve años -a las que habría degollado con una sierra radial y desfigurado el rostro- aconsejó su cambio a un recinto que estuviese más lejano al lugar del crimen y, por tanto, donde su ingreso causase menos repercusión entre los internos. El lugar elegido fue el citado centro leonés, hacia donde fue llevado esta pasada semana en el segundo intento y después de que el primero se cancelase a medio camino para que el imputado realizase una prueba forense en el juzgado de Caldas que ya estaba programada con anterioridad.

Las medidas, por otro lado habituales en crímenes similares a éste, se les siguen aplicando cuando se cumple semana y media desde que cometió los atroces hechos en su vivienda del lugar morañés de O Casal. Desde la Fiscalía se ha apuntado durante este tiempo que David Oubel es "un ser totalmente indeseado" por la población penitenciaria, que tiene "un código" propio en el que no se toleran determinados crímenes, como aquellos que se producen contra los menores. Algo que lleva a que la integridad física del parricida esté en riesgo, según han apuntado fuentes carcelarias.