Una avería mecánica en la plantadora, cuando regresaban a España el 13 de septiembre de 2007 cargando 4.200 kilos de hachís -distribuidos en 140 fardos de unos 40 kilos-, los delató y fueron sorprendidos por un helicóptero de la Guardia Civil a 20 millas de Benidorm. Al verse descubiertos iniciaron, según el escrito fiscal, "una frenética huída durante la cual procedieron a deshacerse de la droga, teléfonos e instrumentos de navegación de la lancha tirándolo todo al mar". Cuando finalmente fueron interceptados por las patrulleras de la Guardia Civil, a bordo no quedaba nada de droga sin que se pudiera recuperar la que tiraron al mar. El alijo, según el Ministerio Público, habría alcanzado en el mercado ilícito un valor de 5.804.400 euros.

La embarcación semirrígida en la que fueron detenidos los dos pilotos arousanos y los dos marroquíes, se la habrían proporcionado los otros dos procesados, Carlos Manuel Alfonso P. y José Antonio P.P. El primero de ellos, según el fiscal, era el fabricante (el astillero estaba en Portugal) y el segundo el intermediario comisionista. El Ministerio Público sostiene que ambos "se venían dedicando a fabricar y proporcionar este tipo de embarcaciones a personas dedicadas al narcotráfico que las demandaban con el único y exclusivo fin de traer hachís desde Marruecos a España". En el caso de la planeadora interceptada el 13 de septiembre de 2007, ambos imputados "contribuyeron a proporcionársela a Francisco Javier y sus acompañantes"