Siete meses de prisión y dos años de alejamiento y prohibición de comunicares con su expareja. Esta es la pena que solicita la Fiscalía para un vigués acusado de coacciones en el ámbito familiar. La vista oral se celebró ayer en el Juzgado de lo Penal 3 con la comparecencia de la víctima, el acusado y varios peritos.

El hombre, según el escrito de acusación, no aceptaba la ruptura de la relación y entre el 1 de febrero y el 14 de abril de 2011 -para doblegar su voluntad- llamó repetidamente al teléfono de la mujer y pese a que la víctima no le cogía, repetía las llamadas en tandas de hasta 35 diarias.

Cuando el acusado Alfonso I.P. se enteró en febrero del mismo año de que su expareja trabajaba de cocinera en una cafetería, también acudía al bar y se sentaba en la barra mirando la puerta de la cocina, por lo que ella, asustada, no salía de allí hasta que él se marchaba, lo que le impedía realiza bien su trabajo, según el escrito de acusación.