Portugal entera está conmocionada. Todos los medios del país se hicieron eco ayer del terrible suceso de Estela, parroquia de Póvoa de Varzim. Allí, las páginas de Facebook de sus vecinos se llenaron a lo largo del día de crespones negros y de recordatorios para los cuatro fallecidos del Café São Tomé. Las fotos en las que se les veía felices, rodeados de su familia, ocuparon muros por doquier, así como la del presunto asesino, Paulo Sergio G.D.S. No en vano, se trata de la mayor matanza en la última década de Portugal.

El país luso ya vivió sucesos similares desde 2005, incluyendo muchos de ellos a tres fallecidos. Sin ir más lejos, en febrero de 2012 un hombre mató con su catana a su mujer, su hija y su nieta por, al parecer, dificultades financieras.

Sin embargo, este es el primero en que cuatro personas fallecen a manos de un homicida. Un suceso atroz que desencajó la vida de la parroquia. Varios actos fueron cancelados y el equipo de fútbol de la localidad, el Varzim Sport Club, recordó ayer a Renato Miguel (el joven de 23 años fallecido que era un fiel seguidor del equipo) a través de una publicación en la conocida red social. Ya tenía reservado su sitio en el autobús para el próximo desplazamiento.

Más intrigante resulta el perfil de Paulo. En su muro todavía se pueden ver las publicaciones sobre su equipo, el Benfica, el lunes por la noche. Nada hacía sospechar entonces lo que pasaría al día siguiente.