El copiloto aprovechó que el capitán se había ido al baño para estrellar el avión a propósito

Andreas Lubitz, alemán de 27 años, dejó su entrenamiento seis meses porque se sentía "quemado y depresivo", pero se tituló en 2010 - El comandante trató de echar abajo la puerta - La caja recoge los gritos de los pasajeros

Su vivienda familiar. // Efe

Su vivienda familiar. // Efe

Terrible vuelco en la investigación de la catástrofe del Airbus 320. Andreas Lubitz, el copiloto de la nave, alemán de 27 años, estrelló deliberadamente el aparato después de que el capitán de la nave abandonase la cabina para ir al baño. Lubitz bloqueó la puerta de la cabina, cortó toda comunicación con la torre de control y accionó el sistema de descenso, sin razón alguna que lo justificase, iniciando los diez minutos de caída mortal hacia el macizo de los Tres Obispos. El capitán intentó desesperadamente derribar la puerta de la cabina, tras llamar de forma reiterada al copiloto, que no contestó. Los pasajeros fueron conscientes de lo que estaba ocurriendo. En los últimos momentos del vuelo, se habla de "minutos", el "Voice Recorder" del aparato recoge los gritos de espanto de las víctimas al ver acercarse la montaña.

Tras las confusas explicaciones de las autoridades francesas anteayer miércoles, la verdad empezó a salir a la luz ayer de madrugada, a través del "New York Times". Ayer a mediodía, el fiscal de Marsella, Brice Robin, convocó una rueda de prensa en la que desveló que el piloto había estrellado el avión deliberadamente, aunque descartó vínculos con el terrorismo. Los primeros 20 minutos de la grabación de cabina muestran que la conversación con el comandante transcurrió en tono cortés y cordial, pero el fiscal sostiene que las respuestas de Lubitz comenzaron a ser "lacónicas" y breves durante la preparación del informe para el aterrizaje, a las diez y media de la mañana. Ya alcanzada la velocidad de crucero, y tras comunicar con la torre de control, el comandante le pidió al copiloto que tomara el mando del avión porque iba a ir al servicio. Era el momento que Lubitz estaba esperando.

El copiloto aprovechó que el capitán se había ido al baño para estrellar el avión a propósito

El copiloto aprovechó que el capitán se había ido al baño para estrellar el avión a propósito

El joven, con 630 horas de vuelo, empezó a trabajar en Germanwings en 2013. En 2010, obtuvo su título de piloto en la escuela de Lufthansa en Bremen, pero previamente sufrió una crisis nerviosa. Según sus compañeros de estudios, se sentía "quemado y depresivo". Pero reanudó los estudios.

Andreas Lubitz "era cien por cien apto para el vuelo, sin ningún tipo de peculiaridad", afirmó tajante el presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, tras reconocer que el copiloto había interrumpido su formación hace seis años, sin dar las razones, aunque indicado que no es algo infrecuente.

Spohr que la compañía desconoce los motivos que llevaron al copiloto de Germanwings a provocar de forma consciente la colisión del avión en el que iban 150 personas, aunque parece descartada la motivación terrorista.

La tranquilidad que seLa grabación de la caja negra permite saber que el comandante reclamó que le abriera la puerta. Primero se oyen unos ligeros golpes y al capitán llamando a Lubitz. Luego los golpes se hacen más fuertes y el comandante llama a gritos a Lubitz. El capitán tyrató de derribar finalmente la puerta. Mientras tanto, la torre de control llamó hasta tres veces al avión para saber qué estaba pasando. La respiración del copiloto era en apariencia normal, añadió el fiscal Robin, por lo que todo indica que estaba vivo hasta el momento en que el avión se estrelló contra las cumbres de los Trois Évêchés. Robin ha abierto una investigación por "homicidio involuntario". Los motivos de Lubitz, nacido en Montabaur (Renania-Palatinado), siguen oscuros.

Unos 250 familiares participaron hoy en un homenaje a los fallecidos organizado a las afueras de Le Vernet, la pequeña aldea más cercana al lugar del siniestro, en el que se han instalado una decena de banderas en representación de sus nacionalidades.

La investigación prosigue ahora para intentar recuperar la segunda caja negra, con los parámetros técnicos del vuelo, y recuperar los cuerpos y los restos de fuselaje, labor que podría demorarse semanas dada la dificultad del terreno en el que están esparcidos.

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