Ni violación ni retención, sino libertad inmediata. La Sección Quinta de la Audiencia con sede en Vigo ha absuelto, tras pasar casi 2 años en prisión provisional por estos hechos, al ciudadano cubano Leonardo R.P. , acusado de violar a una joven a la que había conocido aquella noche tomando unas copas, tras retenerla 14 horas en su piso de la ciudad olívica.
El fiscal solicitaba 17 años de cárcel por un delito de detención ilegal y otro de agresión sexual, 5 años de alejamiento y 30.000 euros de indemnización; mientras que la acusación particular ejercitada por la denunciante elevaba la pena a 37 años de cárcel (un delito de detención ilegal, dos de violación y uno de amenazas) y una indemnización de 60.000 euros por daños morales, otras de 40.000 por secuelas de estrés postraumático y 1.800 euros por el tiempo de baja.
El tribunal, sin embargo, considera que no hay ninguna prueba contra Leonardo R.P. , que niega los hechos y asegura que fueron relaciones consentidas, al tener "importantes y racionales dudas sobre la comisión de los referidos delitos, por lo que resuelve in dubio pro reo.
La Sala sostiene que la versión de la mujer es contradictoria y no encuentra apoyo claro en colaboraciones periféricas. En este sentido resalta que la mujer pidió al acusado 500 euros y él no se los dio.
Tampoco entiende que si la amenazó con un cuchillo, la agarró del cuello y la amenazó mientras la agredía sexualmente, por qué ella no huyó de la casa y se quedó en el salón cuando un hombre acudió a la vivienda a buscar una televisión y la vio "desde el recibidor". En este sentido, los magistrados ven poco coherente que si el acusado la tuviese retenida en contra de su voluntad, la llevara al salón cuando llamaron a la puerta y la pusiera a la vista. Un momento en que "hubiera podido perfectamente escapar".
Tampoco el informe médico forense, según la sentencia, resulta compatible con los hechos descritos por la denunciante. El hombre, al que aseguró que mordió con fuerza porque él se lo pidió, no presentaba mordedura alguna, ni lesiones; ni ella tampoco presentaba lesiones genitales ni extragenitales.
Para el tribunal la versión de los hechos de la víctima "no es creíble" y es la única prueba de cargo contra el imputado. La Sección Quinta considera que el riesgo es extremo porque es precisamente "quien inició el proceso" y "ejerce la acusación", por lo que se "constituye en única prueba de la acusación al propio acusador".
La declaración de los policías que acudieron a la vivienda y realizaron la inspección ocular tras la denuncia de la agresión sexual, tampoco avala la versión de la mujer. Ni localizaron en el piso restos de vómitos, como ella aseguró, y el propio imputado autorizó la recogida de muestras biológicas y de los preservativos.
En cuanto al relato de los testigos del bar al que joven llegó descalza y en estado nervioso denunciando que la habían retenido en una vivienda y que la habían violado mientras pedía que llamaran a la Policía, la sala resalta que la actitud de la mujer contrasta con la que mantuvo en el piso, pues ella misma declaró que se despidió cariñosamente de Leonardo con un beso en los labios y bajó en el ascensor. Además "ella relató a los testigos presentes en el bar hechos que después desmintió".
