Los cinco policías detenidos de la comisaría madrileña de Carabanchel adscritos a Científica, acusados de alterar pruebas, "trasplantaban" presuntamente huellas de delincuentes, algunos en prisión, a objetos que recogían en escenarios de delitos como casas donde se había perpetrado un robo. Las prácticas fraudulentas que se investigan consistían en dejar huellas de viejos conocidos de la Policía a pruebas que esos agentes encontraban en un domicilio o local que había sido robado. Esto supondría una alteración clara de pruebas.