Prisión provisional, comunicada y sin posibilidad de fianza. La juez de Violencia contra la Mujer de Vigo envió ayer por la tarde a la cárcel de A Lama al ciudadano colombiano Henry C., acusado de violar a su mujer -todavía no se han divorciado- y a su hija de 15 años y retenerlas durante seis horas en el domicilio de ambas, pese a que no podía acercarse a ellas al tener en vigor una orden de alejamiento por otra causa judicial todavía sin resolver, como adelantó FARO DE VIGO. Durante varias horas las víctimas y el imputado, que carece de antecedentes penales, prestaron declaración por separado ante la magistrada y el fiscal, que solicitó su prisión preventiva.

La juez le imputa presuntos delitos de quebrantamiento de medida cautelar, allanamiento de morada, amenazas, agresiones sexuales y detención ilegal, según informó ayer el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). Henry C., capturado en el piso de su mujer por la Policía Nacional el lunes por la noche, se acogió a su derecho a no declarar en el juzgado. Si bien admitió el quebrantamiento de la orden de alejamiento, al ser pillado in fraganti, no estaba de acuerdo con el resto del relato de las víctimas. La Policía busca ahora a dos encapuchados que entraron en la vivienda con Henry C., esperaron dentro a que llegaran las dos mujeres y le ayudaron a atarlas con cinta americana y amordazarlas, marchándose después dejándolas a su merced.

Un whatsapp enviado por la menor a unos amigos puso fin a las seis horas de terror que vivieron madre e hija en su domicilio de las inmediaciones de la Praza da Industria en Vigo. Sometidas durante horas a amenazas, insultos y agresiones sexuales -en un clima de violencia en el que Henry llegó a abrir la espita de la bombona de gas amenazando con hacer explotar la casa- tenían tanto miedo por sus vidas que intentaron tranquilizarle e incluso le propusieron retomar la relación como "una familia normal", según la declaración de las propias afectadas.

El hombre acabó cediendo y las liberó de sus ataduras. En un descuido de Henry, su hija aprovechó para mandar por el teléfono móvil el mensaje de auxilio a unos amigos que avisaron a la Policía. La rápida actuación policial permitió rescatar a ambas mujeres y capturar al presunto agresor en el domicilio de las víctimas.

En el relato de los hechos por parte de la mujer y la niña, también colombianas, se indica que Henry ya estaba en el interior del domicilio cuando ambas llegaron el lunes al mediodía, por lo que se convirtieron en presa fácil de éste y de sus dos presuntos cómplices. Las mujeres no pudieron reconocerlos porque, aseguran, llevaban el rostro cubierto. Esto dificulta la búsqueda por parte de las fuerzas de seguridad.

La puerta y la cerradura de la vivienda no habían sido forzadas, por lo que los investigadores sospechan que el colombiano accedió al domicilio de su mujer con unas llaves. Madre e hija se vieron sorprendidas por los tres hombres y fueron reducidas e inmovilizadas. Los supuestos cómplices se marcharon y el calvario continuó. Henry C. les aseguró que había pagado 3.000 euros para que las mataran, y la Policía investiga si lo dijo para amedrentarlas o bien se ha realizado algún pago en tal sentido; de ahí la importancia en dar con sus cómplices.

Las víctimas llegaron al Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo pasadas la una de la tarde, acompañadas por una abogada y arropadas por responsables de servicios sociales y apoyo a la mujer, además de agentes de la unidad especializada del Servicio a la Familia, SAF, de la comisaría. Esperaron en una sala aparte para no coincidir con el detenido. Tranquilas, abandonaron el juzgado sin querer realizar manifestaciones tras más de dos horas de declaración judicial. Después le tocó el turno a Henry C., que sobre las 6 de la tarde salía camino de A Lama.