Benito Quintairos pasará probablemente a lo largo de la jornada de hoy a disposición judicial. Este ourensano de 55 años permanece oficialmente detenido desde las ocho de la tarde del miércoles, cuando, tras acudir a declarar ante los agentes de la Ertzaintza inicialmente en calidad de testigo, se derrumbó y habría acabado confesando la autoría del doble crimen. Su esposa, según publica El Correo, habría recibido al menos dos golpes en la cabeza. La madre de ésta también presentaba el mismo tipo de lesiones, pero menos intensas.

Tras supuestamente acabar con la vida de las dos mujeres probablemente a primera hora de la mañana del miércoles, Benito, que como recordaban algunos vecinos nunca había dado que hablar en el barrio, maquinó un rocambolesco plan para tratar de hacerse pasar también por víctima y fingió que había sufrido un asalto en la carpintería que regentaba en Atxondo, localidad próxima a su vivienda familiar. Allí lo encontró su socio herido y colgado por los pies de un montacargas, mientras la empresa empezaba a ser pasto de las llamas.

El ahora detenido habría relatado que un individuo llamó a su negocio y que le asestó un golpe en la cabeza. Pero, ya bajo sospecha de los investigadores, esta versión no se sostuvo y acabó admitiendo que todo había sido un montaje.