No podía más y tras seis meses de fuga el descuartizador del congelador decidió primero entregarse y después confesar. "Soy la personan que buscan por la muerte del congelador", así se presentó el martes por la noche en el puesto de la Guardia Civil de Ponteareas el ciudadano paraguayo José Antonio Frutos Ayala. Tras dormir en el calabozo, ayer por la mañana confesaba el crimen de su amigo, el venezolano José Jesús Isasis González -al que cortó las piernas para ocultar el cadáver en un arcón frigorífico-, ante la titular del Juzgado de Instrucción 3, Inés Nicolás Herrero, que ordenó su ingreso en prisión provisional sin posibilidad de fianza imputado por un delito de asesinato, según informó el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG).

El macabro asesinato del contramaestre del barco San Miguel, un barco interceptado con 3.600 kilos de cocaína en junio de 2008, se descubría el pasado 10 de junio. El casero de Frutos, a quien debía tres meses de alquiler, le dio un ultimátum para que abandonara la vivienda aquel fin de semana.

La hermana y la novia de Jesús Isasis acudieron al casero pues sabían que su hermano había ido a visitar a su amigo dos meses atrás, el mismo día en que desapareció. Cuando entraron en el tercer piso del número 7 de la calle Castelao no había nadie, pero sí un congelador atado con cadenas. La Guardia Civil encontró dentro el cuerpo troceado de Isasis. Durante dos meses el paraguayo habría convivido en la vivienda con el cadáver.

José Antonio Frutos prestó declaración judicial por espacio de más de dos horas ante la juez que hace seis meses emitió su orden de búsqueda y captura internacional, aunque no han trascendido datos de la comparecencia al encontrarse el caso bajo secreto sumarial.

El paraguayo, que según ha trascendido se muestra arrepentido de haber huido, estuvo durante el tiempo que permaneció en paradero desconocido vagando por varios pueblos de Portugal, sin que la orden internacional de búsqueda y captura dictada por el Juzgado de Instrucción de Ponteareas hiciese efecto, pese a que al parecer fue identificado en varias ocasiones por la Policía lusa.

Nada más producirse la entrega voluntaria de Frutos, el equipo de investigación de la Policía Judicial que le seguía la pista se hizo cargo de los atestados y comunicaron los hechos al Juzgado de Instrucción 3, encargado de las diligencias.

Los investigadores ya sospechaban que el hombre se encontraba en Portugal, y seguían alguna pista en ese sentido, pero desconocían la localidad exacta en la que se ocultaba.

José Antonio Frutos llegó custodiado ayer al edificio de los Juzgados de Ponteareas alrededor de las 11.15 horas pero no entró a declarar ante la juez hasta pasadas las 13.00 horas, asistido por una abogada del turno de oficio. Tras más de dos horas de comparecencia, en las que se habría mostrado colaborador y llegó a confesar el crimen, abandonó los juzgados camino de la prisión de A Lama.

De momento no ha trascendido el móvil del homicidio, si bien se apunta a una discusión o desavenencias previas que se le habrían dio de las manos. No obstante, la imputación de presunto asesinato por parte de la juez descarta inicialmente una posible muerte accidental durante una discusión como se pensó inicialmente. La víctima falleció de un fuerte golpe en la cabeza, según puso de manifiesto en su día la autopsia.