Hace menos de una semana que sus vecinos vieron por última vez a Rafel Abeijón. Sabían de su amor por la aventura desde siempre y de su reciente afición por el montañismo. Se propuso subir el pico más alto de Pirineo, el tercero de España tras el Teide y el Mulhacén, y su empeño le costó la vida. La noticia de su fallecimiento corría ayer por lasredes sociales, las mismas en las que él colgaba sus viajes. A últimas horas de la tarde su muro de Facebook estaba lleno de mensajes de condolencias de sus amigos.

El alpinista porriñés Jesús Martínez Novás, exponía ayer que el ascenso al Aneto no tiene grandes dificultades para montañeros experimentados. "No hay grandes dificultades técnicas, salvo en caso de mal tiempo y, sobre todo, si aparece la niebla porque puedes ir directo a un precipicio", explica.

El alpinista de Porriño, que ha alcanzado en solitario algunas de las cumbres más altas del mundo, como la del Lhotse en el Himalaya, resta importancia al hecho de acometer el ascenso de un pico en solitario, como parece el caso de Rafael Abeijón: "No es ni más ni menos peligroso ir solo o acompañado. Lo peligroso es el mal tiempo", insiste. Aunque no conocía a Rafael Abeijón, Martínez Novás mostró ayer sus condolencias a la familia del fallecido.