Después de dos años de trámites judiciales, la Audiencia Provincial de Ourense ha reservado dos días en su calendario del mes de septiembre (24 y 25) para juzgar a un hombre que permanece encarcelado desde julio de 2012 como el presunto autor del rapto y violación de una joven de A Valenzá (Barbadás), que entonces era menor de edad. Los magistrados de la Sala Penal encausarán a Joaquín Manuel Oliveira Cunha, un camionero de nacionalidad portuguesa y 34 años de edad, tras denegar en junio su puesta en libertad hasta el juicio por un "temor fundado" de fuga. El acusado se enfrenta a una posible condena de más de 20 años de cárcel.

La Fiscalía y el abogado de la familia de la menor coinciden en imputar al luso supuestos delitos de detención ilegal y agresión sexual continuada. Las dos partes solicitan una condena total de 20 años y 9 meses, así como indemnizaciones a la menor de 1.800 euros por las lesiones causadas y de un total de 50.000 en concepto de secuelas y daño moral.

Presuntamente, el acusado abordó a la chica de 16 años a punta de navaja, la llevó obligada en su furgoneta a una casa en Portugal situada a más de 200 kilómetros de distancia, abusó varias veces de ella, e incluso la amenazó con arrojarla al río metida en un saco. El acusado la vio caminando, de regreso a su casa de madrugada, cuando estaba aparcado en su coche en la calle Marcelo Macías. Las acusaciones aseguran que el hombre le colocó una navaja en el cuello, le exigió el bolso y que se subiera al coche. Cogió su móvil y le quitó la batería. Cuando ambos estaban en el vehículo, le habría colocado la navaja a la altura del abdomen. Le habría ordenado que cerrara los ojos o le clavaría la navaja. Llegaron a una casa en Esmoriz, en Portugal, propiedad de su pareja

Según el relato de los hechos que sostienen tanto la acusación pública como la particular, después de las agresiones sexuales el acusado habría atado de manos y pies a la menor, tapándole la boca con una cinta adhesiva. La chica estuvo en un primer momento encerrada en el baño y luego fue introducida en un saco. Supuestamente, el hombre la arrastró hasta el coche y la introdujo en el maletero, con una piedra de hormigón y una cadena. La defensa difiere de esta parte del relato y ha encargado a un perito de parte la elaboración de un informe que presentará el día del juicio para negar credibilidad a los hechos.

De Valença a Vigo en un taxi

Según esgrimen las acusaciones, durante el trayecto en el maletero, la chica logró soltarse las manos así como la cinta de la boca. Las súplicas de la menor hicieron que finalmente la dejara salir del saco. Presuntamente, la conminó a que "inventara algo" que no le relacionara con él.

Según le advirtió, sabía dónde vivía, la buscaría y la mataría. Después, el acusado condujo a la joven hasta Valença do Minho. La dejó sobre las 13.30 horas de ese día a unos 30 metros de la estación de tren. Le entregó 200 euros. La chica utilizó el dinero para coger un taxi que la llevó hasta Vigo.

La defensa, tal como declaró el imputado desde el momento de su detención, sostiene que la relación fue consentida, asegura que no hay lesiones que acrediten una violación y aduce varios cambios de versión de la víctima.