Un total de 18 años de cárcel. Ésta es la condena que afronta un ladrón que, encapuchado y en compañía de otro individuo que no pudo ser identificado, asaltó una vivienda unifamiliar de Porriño en mayo de 2010 y agredió al matrimonio, al que sorprendieron en su cama cuando dormían. La Fiscalía imputa al único acusado por estos hechos un delito de robo con violencia e intimidación en casa habitada en grado de tentativa, otro de homicidio también en grado de tentativa y un tercer delito de lesiones. La vista oral se celebrará el próximo martes en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra.

Los hechos que irán a juicio ocurrieron el 13 de mayo de 2010 en un domicilio de Porriño en torno a las cinco de la madrugada, poco antes de que el matrimonio, que se dedica a la comercialización de pescado, se levantara para ir a la lonja. Al parecer, el acusado y el otro asaltante, que iban armados con una pistola y un bate de béisbol, estuvieron esperando su salida en un porche ubicado en la planta baja de la casa, pero finalmente decidieron entrar en el inmueble por una puerta lateral. Los dos individuos se dirigieron entonces al dormitorio de la pareja, a los que exigieron el dinero que tuvieran en la casa amenazándolos de muerte, según se concreta en el escrito de acusación del Ministerio Fiscal.

El dueño del domicilio convenció a los atracadores para que los dejaran vestirse. Pero en el transcurso del asalto, su mujer recibió un culatazo en la cara para que no gritara, y le pusieron la pistola en la cabeza para intimidarla, por lo que su marido salió en su defensa y los ladrones propinaron a este hombre varios golpes en la cabeza con el bate de béisbol. Sin embargo, el propietario de la vivienda logró desarmar a su agresor, al que también quitó el pasamontañas y un guante, y le devolvió los golpes. Los ladrones, ante esta situación, decidieron huir sin botín alguno, si bien antes de marcharse de la casa -concretamente el individuó que no llegó a ser identificado- realizaron un disparo que impactó contra el espejo del dormitorio.

La mujer salió de la casa corriendo tras los atracadores y gritando, lo que alertó a los vecinos, varios de los cuales se despertaron y acudieron en su ayuda, si bien los individuos consiguieron marcharse del lugar. Mientras, el matrimonio fue trasladado a un hospital vigués para ser asistido de las lesiones que presentaban: el hombre precisó varios puntos de sutura en la frente, mientras que su esposa necesitó asistencia psicológica. En el momento en el que ocurrió el asalto en la casa también estaban durmiendo el hijo menor del matrimonio, de 12 años de edad, y la abuela de éste, una anciana invalida. Ninguno de los dos, que estaban en distintas habitaciones de la vivienda, se enteró del robo.

Gracias al ADN

Según informaba el propietario de la casa tiempo después, ya en mayo de 2013, la Guardia Civil, que inició una investigación para esclarecer la autoría del asalto, pudo resolver el caso a raíz de que unos ladrones cometiesen un robo en Pontevedra y hubiese una coincidencia con el ADN y las huellas que había conservadas en el banco de datos policial.

Este hombre señalaba también entonces que los ladrones que accedieron a su vivienda dejaron en la casa "el bate, un casquillo de bala y el cordel con el que pretendían inmovilizarnos". El caso será ahora juzgado y sentenciado en Pontevedra.