El promotor Carlos Rocha fue el "verso suelto" de la vista oral. Declaró que conoció en 2007 a González Martín, quien le propuso invertir en sus sociedades. "Invirtió 9 millones de euros en unos 6 meses", y puso como ejemplo un millón de euros en el edificio Bandeira. "Creí que era una persona solvente. Cuando me enteré de que era 'Culebra' me quedé de piedra. De haberlo sabido no habría aceptado sus inversiones".

Alfonso Collazo, propietario de un astillero en O Morrazo, declaró que creó una sociedad con González Martín en la que daría trabajo a su hijo mayor. Admitió que su mujer recibió como regalos, por parte de "Culebra" vinos, un diamante y un cuadro. "Era muy espléndido", por eso "no me pude echar atrás en los negocios con él". También habría pagado a Rocha una deuda que tenía Collazo.

Además declararon como imputados Gustavo Piñeiro, titular del yate Netiños, propiedad de González Martín -aseguró que no había dado tiempo al traspaso de titularidad- y la amante de éste, que admitió que vendió los billetes de los viajes de "Culebra" y su hijo a las pruebas de Fórmula Uno en Monza y Barcelona, aunque los facturó a una sociedad. Ella le vendió la plaza de amarre del yate en Baiona.