Los responsables de un restaurante de comida rápida de Mississippi, en Estados Unidos, reclamaron a Victoria Wilcher, una niña de tres años, que abandonase el centro. ¿La razón? Su rostro asustaba a los clientes. Victoria Wilcher había sufrido un ataque de tres perros pitbull que le habían destrozado parcialmente la cara y aún se encuentra en proceso de recuperación.

El restaurante ha abierto una investigación para conocer con exactitud los hechos, pero ya ha adelantado que abonará 30.000 dólares para las posteriores cirugías a las que Victoria tiene que someterse. “Nos tomamos este asunto muy en serio y no vamos a permitir ningún gesto irrespetuoso con nuestros clientes”, ha dicho un portavoz de la cadena KFC.

Como consecuencia del ataque de los perros, Victoria perdió su ojo derecho y la movilidad de la parte derecha de su rostro. Su familia ha colgado en Facebook una página para recabar apoyos bajo el nombre de ‘Las victorias de Victoria’.