Un rumano afronta casi 5 años de prisión en Vigo acusado de obligar a prostituirse a su pareja

Habría usado a su hijo para chantajearla e instarle a que le entregase hasta 2.000 euros semanales

M.F. | VIGO

Cuatro años y nueve meses de cárcel, multa de 4.320 euros, el pago de 15.000 euros de indemnización y la imposición de una orden de alejamiento. Es la pena que ayer pidió el fiscal en el Juzgado de lo Penal número 2 de Vigo para V.M.C., un ciudadano rumano acusado de obligar a prostituirse a su pareja y de maltratarla, utilizando supuestamente al hijo que tenían en común para chantajearla, amenazarla y forzarla a que ella le enviase dinero semanalmente, con cantidades que llegaban a ascender a los 2.000 euros a la semana.

La vista se celebró en el Juzgado Penal 2 de Vigo. El acusado, en prisión provisional, negó la autoría y su abogado pidió su libre absolución alegando que la mujer actuó por "venganza" y con "interés de fastidiar" a V.M.C. y "quitarle todo su dinero". Un criterio muy distinto al de la Fiscalía -que tras escuchar en sala y protegidas por un biombo a la presunta víctima y a una amiga de ésta también rumana que aseguró asimismo haber sido amenazada por el imputado para que se prostituyese- concluyó que el acusado "miente" y que ellas fueron "sinceras" . A juicio de la acusación, él las "coaccionó" para que ejerciesen la prostitución "en busca de su propio lucro". Ambas, expuso, estaban absolutamente "indefensas" y en "situación de vulnerabilidad".

La Fiscalía relata en su escrito que el acusado obligó a su pareja a prostituirse en dos clubes de Vigo entre 2011 y 2013, controlándola incluso desde Rumanía "con el ánimo de obtener para sí los ingresos derivados de tal actividad". Según el fiscal, en una ocasión, cuando ella le dijo que no quería seguir en la prostitución, le propinó "puñetazos y patadas". En 2013, cuando él estaba en su país, supuestamente la amedrentó con llamadas y mensajes y chantajeándola con el niño que tenían en común, al que habría llegado a sacar de la casa de los padres de la víctima en Rumanía. En una ocasión, la puso en contacto telefónico con el menor, y éste le pidió a su madre, relata el Ministerio Público, "que le enviase dinero, que necesitaba comer". Unas manifestaciones que habría hecho por orden del acusado.

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