18.000 euros para una nueva vida

María Viñas, la mujer de Poio que sufrió un intento de asesinato a manos de su marido, logra financiación en "Entre todos" para ser pulpeira

María Viñas, ayer, hablando con la presentadora del programa.  // FdV

María Viñas, ayer, hablando con la presentadora del programa. // FdV

A. AMOEDO | VIGO

El 9 de julio de 2013 acababa la pesadilla de María Viñas Pousada. El que había sido su marido, Jeremías Canda -con el que tuvo dos hijas-, recibía aquel día la condena de 11 años y medio de cárcel por haber agredido brutalmente a su mujer con un martillo en la cabeza con la intención de acabar con su vida el 18 de abril de 2011. Ayer, tras varios años intentando huir de la historia, María decidió dar un paso decisivo en su vida para salir adelante: acudió al programa Entre todos, de Televisión Española, para solicitar la ayuda de los españoles interesados en aportar su granito de arena para que la pontevedresa pudiera montar un negocio.

La mujer, que ahora cuenta con 43 años, se encuentra residiendo en Zaragoza en casa de una amiga de la infancia. Desde allí se decidió a contar su historia a través de la cadena pública. "María necesita ayuda porque es una persona que no tiene nada, no tiene donde dormir, no tiene casa y no tiene que darle a sus hijas", explicaba su amiga, Cristina justo antes de que la protagonista saliese en la pantalla, a espaldas de la presentadora Toñi Moreno. Allí, María, visiblemente emocionada, explicó su sueño: "Lo que quiero es ser pulpeira e ir por los restaurantes de la zona del Levante o Andalucía", explicó.

Con el objetivo de lograr 18.000 euros, con los que hacerse con una furgoneta y todos los utensilios necesarios, la pontevedresa recibía llamadas de personas desinteresadas que aportaban lo que podían a la causa. Llamativa fue, especialmente, la llamada de Alberto, un vecino de la parroquia de Campelo cuyo padre era cartero y al que ayudaba a repartir el correo a todos los vecinos de la zona, incluidas María y Cristina. Donó 300 euros.

Por su parte, Mariló Luna, responsable de la empresa familiar de aceite Gil Luna junto con su marido, ofreció a María cinco cajas de su aceite valoradas en 300 euros. "Me has llegado al alma", aseguró.

Zaragoza, Almería, Castellón, Salamanca, Leganés... Las llamadas llegaban de todas partes de la península para ayudar a María a realizar su sueño. Un objetivo que con la aportación de 1.000 euros de Tito, un vecino de Ourense, finalmente se consiguió. Fue en ese momento cuando ambas, Cristina y María, rompieron a llorar.

Un vida de lucha

Sufriendo la pobreza en casa, se dedicó al marisqueo desde muy pequeña. Casada con 16 años con el que fue el amor de su vida, María Viñas se quedó viuda a los 24 cuando su marido, de 29, murió de una meningitis. Ante ese panorama, decidió rehacer su vida y al cabo de dos años tenía piso propio y conoció al hombre que le daría dos hijas, Jeremías Canda. Pero también la peor experiencia de su vida.

Canda se dio a la bebida y comenzaron los problemas. Cuando lo dejó, el hombre no se lo tomó bien aunque lo ocultó para ganarse la confianza de María una vez más. Tras entrar en su casa para ducharse, le pidió que le lavase una camiseta, bajo la cual escondía el martillo con el que la golpeó en la cabeza dos veces antes de que una de sus hijas consiguiese pararlo.

Más tarde, la mujer se enamoró a través de internet de un egipcio por el que se mudó al país africano con sus hijas y por el que se convirtió al Islam. Ahora, tras volver de esa exótica aventura, busca su felicidad, al fin, ejerciendo de pulpeira. Algo que consigue gracias a la ayuda de todos.

Tracking Pixel Contents