Rosario Porto y su exmarido Alfonso Basterra tuvieron los medios y la oportunidad para asesinar a su hija, Asunta. El móvil del crimen sigue siendo la gran incógnita y si, inicialmente, se sospechaba que Asunta pudiera saber algo sobre la repentina muerte de sus abuelos paternos con escasos meses de diferencia, los investigadores se pregunta ahora, tras la sorprendente aparición del ordenador de Alfonso Basterra con un disco duro nuevo, si tal vez sabía algo que su padre quería ocultar.

Si en base a las pruebas toxicológicas el juez Vázquez Taín sostiene que Basterra sería el responsable de la sedación de la niña, el día del asesinato pero también durante los tres meses antes de su muerte como pusieron en evidencia algunas profesoras de la pequeña, y su madre la autora de la asfixia ya que según la investigación estaba con la pequeña en el momento de su muerte, en estos seis meses de instrucción nuevos datos enredan el caso y el número de preguntas sin respuesta sigue aumentando. Frente a los informes toxicológicos que avalan las tesis de los investigadores y las contradicciones en las declaraciones de los padres de la niña, las dos gotas de semen halladas en dos de los 17 recortes que se hicieron de la camiseta de Asunta son la principal sombra de la instrucción, pero no la única.

Sedación. La sedación de la niña el día de su muerte, su organismo acumuló una dosis tóxica según la autopsia, debió hacerse a lo largo de la tarde en varias tomas y no en una única ingesta en la comida, como inicialmente apuntó en el auto de prisión de sus padres el juez Vázquez Taín. Asunta sale sola y en perfecto estado de casa de Basterra, donde han comido los tres, a las 17.21 horas, como recogen las grabaciones de las cámaras de seguridad. La dosis en sangre de Orfidal (0,68 gramos por mililitro) y las pastillas sin disolver que tenía en el estómago, apuntan que la última ingesta del fármaco se produjo apenas una hora antes de la muerte. Alfonso compró varias cajas de lorazepán, y la ropa que Rosario se puso aquel día tenía restos del medicamento. ¿Quién y cuando la sedaron?

Mancha de semen. La mancha de semen en la camiseta de Asunta -la autopsia demuestra que no hubo agresión sexual y en el cuerpo no hay resto alguno- atasca desde hace semanas la instrucción porque los técnicos del laboratorio de criminalística de la Guardia Civil en Madrid no admiten una contaminación. El ADN corresponde a un joven colombiano investigado por presunta agresión sexual en la capital y los análisis de esperma se hicieron en el mismo laboratorio al que llegó la camiseta de Asunta. El conocido como "hombre del semen" es el tercer imputado del caso, pese a que asegura que nunca estuvo en Galicia, no tiene relación con la niña ni con sus padres y aportó fotos y una factura del restaurante madrileño donde cenó el día del crimen.

El tercer hombre. Es la principal baza de los padres de Asunta para evitar ser el foco de atención del caso. El pasado martes Rosario Porto, cazadora roja, falda beige, tacones y joyas en sus manos, siguió sin pestañear durante cinco horas, en el papel de coabogada de su propia defensa, el interrogatorio de su abogado a los funcionarios del laboratorio de criminalística de la Guardia Civil. Biólogos y técnicos admiten que en los dos casos se usó el mismo instrumental, pero el protocolo se cumplió y no pudo haber transferencias. Aunque abrieron una posibilidad: el preservativo con el semen se guardó en papel de aluminio en la misma nevera donde se pusieron los recortes de la ropa de Asunta. El abogado del tercer imputado lo tiene claro: "la Guardia Civil se protege, no va a reconocer una contaminación", asegura, pero aspira a que se archive la causa contra su cliente y adelanta que pedirán daños y perjuicios.

Cuerda naranja. La cuerda con la que ataron de pies y manos a Asunta es una de las piezas claves contra su madre. En la casa de Teo hallaron restos iguales y Rosario habría tratado de esconder un trozo tirado en una papelera. Su abogado, el penalista coruñés José Luis Aranguren ha solicitado una pericial más a fondo: que el fabricante demuestre si corresponden a la misma bovina. Los expertos de la Guardia Civil lo intentaron y comprobaron incluso si la cuerda naranja había sido cortada con un cuchillo que apareció en un baño del chalé de Teo, pero no ha sido posible.

Basterra, ¿un pobre infeliz o ideólogo de una venganza? El papel de Alfonso Basterra en la instrucción por el asesinato de su hija ha dado un brusco giro en los seis meses de la investigación. Del "pobre infeliz" enamorado de Charo Porto, como lo definió su padre en televisión, ha pasado a ser considerado pieza clave de un crimen que habría urdido manipulando a su exmujer como venganza por la infidelidad de ésta. Pese a que le prometió dejar a su amante, Rosario pasó el día anterior al crimen de Asunta con él, recorriendo en yate la ría de Arousa. Así, en torno a Basterra se acumulan muchas incógnitas, ya que se ha negado a declarar. ¿Salió de casa aquella tarde rehuyendo las cámaras de seguridad? Dos testigos fiables le vieron con Asunta. ¿Fue también a Teo? ¿Quién es el cómplice que ocultó su ordenador, le cambió el disco duro y volvió a dejarlo en su piso a dos pasos de la puerta para que al final fuera localizado? ¿Qué había en su ordenador? Parte de estas respuestas las habrían hallado ya los investigadores en el ordenador de Rosario. Los padres de Asunta se proclaman inocentes y la instrucción de la causa sigue abierta. Seguro que deparará nuevas sopresas.