En relación al relato de los hechos de la muerte accidental que relata Francisco Álvarez, el Ministerio Público puso de relieve que mintió y señaló nueve puntos. Así, el acusado dice que entró para cerrar la puerta trasera pero era habitual que no cerrara bien" ¿Para qué entra?", se pregunta la fiscal. También mostró una herida en el dedo anular como hecha por el cuchillo, pero los forenses "dicen que es compatible con que fue en el monte al enterrar las pruebas". Afirma que hay visión directa entre la puerta trasera y la principal "cuando se ha demostrado que no es cierto", según la acusación. Por otra parte, su relato es detallado sobre cómo rompe las huchas y coge el dinero de los niños pese a estar en shock, pero resulta caótico en cómo realiza el apuñalamiento: "ni él mismo se lo cree", sostiene la Fiscalía

Cristina, según su exmarido, coge el cuchillo cuando lo ve dentro de casa y le pregunta si va a violarla: "no tiene sentido en una separación de mutuo acuerdo y sin episodios anteriores violentos", esgrime la fiscal. "Dice que quiere quitarle el cuchillo en el forcejeo y lo consiguió, ¿por que no se fue entonces?", pregunta la acusación que resalta que la posición del cadáver es incompatible con lo que cuenta.

"Él empuñaba el cuchillo y se mantuvo con él. Nadie pone la mano en el filo de un cuchillo así para forcejear, como asegura que hizo su exmujer, solo lo haría como forma desesperada de defensa", reflexiona la acusación pública. También resalta la fiscal las incongruencias de las heridas de Francisco, unos arañazos en la cara posiblemente mientras Cristina luchaba por su vida, y ni un contusión que avale su versión de que ambos rodaron y forcejearon en el suelo. "Su versión es una burda excusa, una versión interesada", concluyó la fiscal.