"Yo no he matado a nadie". Zhang Hai Jie, el único procesado por el doble crimen de las ciudadanas chinas en Pontevedra en abril de 2009 clamó ayer por su inocencia ante el jurado popular que juzga este caso en la Audiencia Provincial. Este ciudadano chino de 36 años de edad estuvo asistido en su interrogatorio por una traductora de la que tuvo que echar mano en varias ocasiones, no obstante, pudo contestar a la mayor parte de las preguntas en castellano. Fiscal y acusación piden para él 28 años de cárcel por el doble homicidio de dos compatriotas en un piso de la calle Amado Cabello donde las víctimas ejercían la prostitución.

Así, aseguró al fiscal jefe de la provincia, Juan Carlos Aladro, que tampoco ayudó a acabar con la vida de las dos mujeres a su compañero Wenbin Sun, segundo autor material de los hechos, según las acusaciones, que está fugado en China, país que niega su extradición pero que está dispuesto a juzgarle allí, aunque España se niega por la pena capital.

Zhang Hai reconoció que el 25 de abril de 2009 partió de Elche hacia Murcia para encontrarse con su amigo Wenbin Sun y trasladarse desde allí a Pontevedra. Según explicó, el motivo de este viaje a Galicia era que Wenbin le pidió su colaboración para usar su pasaporte y realizar desde esta ciudad una transferencia de cien mil euros para alguien que precisaba enviar este dinero a China. Él se llevaría el 10%. Una transferencia que no se hizo y no supo explicar por qué a preguntas del fiscal.

El acusado explicó que llegaron a la casa e indicó que su acompañante mantuvo relaciones sexuales con una de ellas mientras él esperaba en la calle. El fiscal cree que el imputado que huyó a China se enamoró de la mayor de las mujeres, Guang Qu (madame del piso de citas) y pudo matarla por despecho. Las acusaciones sostienen que mataron a las dos mujeres por separado, tras hacer salir a la más joven del domicilio contratando un "servicio" falso en Pasarón.

La primera sesión del juicio incluyó la declaración de ocho testigos, entre los que se encontraba el vecino de Poio fue imputado en la investigación inicialmente. Es amigo de una de las víctimas y al entrar en el piso descubrió los cadáveres, aunque no dijo nada porque alegó que tiene "familia" y "no sabía si era una mafia".

El juicio se retomará hoy con la declaración de los agentes que llevaron la investigación hace cinco años, cuando Kung Yong apareció estrangulada y Guang Qu asfixiada.