La exmujer de un acusado de secuestrar con intención de matarla ha relatado este lunes cómo éste le amenazó con dispararla a causa de su separación el día que trató de raptarla con frases como "te voy a dar un tiro, pero primero hablamos".

Así lo ha manifestado durante la apertura del juicio celebrado en la Audiencia Provincial a Ernesto M. R., de 59 años, por un delito de detención ilegal en concurso ideal de homicidio en grado de tentativa, otro delito de amenazas, un tercer delito de atentado con uso de arma y una falta de lesiones.

El acusado ha relatado una versión radicalmente opuesta al asegurar que quería arreglar los problemas de su separación con ella y que, en caso de no ser así, su intención era suicidarse delante de ella con una escopeta que había traído consigo.

La Fiscalía de Madrid solicita 30 años de prisión para un acusado de secuestrar en octubre de 2010 a su exmujer y disparar hasta en ocho ocasiones a varios guardias civiles de Las Rozas que fueron alertados tras recibir una llamada de auxilio del hijo de la víctima.

Según el fiscal, el procesado se encontraba en el momento de los hechos en proceso de separación. Así, decidió acabar con la vida de su esposa y, para ello, ideó un plan que consistía en trasladarla contra su voluntad a un lugar no determinado para, una vez allí, dispararle con un arma de fuego.

La mujer, que ha declarado como su hijo con un biombo que tapaba a su exmarido para evitar posibles efectos psicológicos, ha relatado que el 18 de octubre Ernesto M. R. se acercó con su furgoneta a las cercanías de su domicilio y se acercó a ella para comentarle que quería hablar con ella y que llevaba dentro de un tubo de desagüe de PVC tapado por bolsas de basura un rifle con silenciador (una carabina semiautomática marca Anschütz).

"Te voy a pegar un tiro, pero primero hablamos", ha relatado la exmujer del acusado para comentar que éste le repitió varias veces que quería hablar con ella y le amenazaba con el arma. Entonces, uno de los hijos se acercó ante su aviso previo y que entonces su exmarido le amenazó y decidió acompañarlo en la furgoneta.

Previamente, ha comentado que el acusado le remitió varias cartas donde comentaba que, con motivo de su separación, que tenía "un plan B". En la última misiva, según ha dicho, le trasladaba que "la iba a mandar a un viaje sin retorno" y que él iba a ir al "hotel del Estado". La mujer, sin abrir la carta previamente, se dirigió a la Guardia Civil que, tras examinar el contenido de la misiva, le instó a denunciar.

De nuevo sobre el día de los hechos, la víctima describió que cuando su hijo intentó mediar su exmarido le dijo que si seguía acercándose "le iba a pegar un tiro" y que para evitarle daños aceptó subir a la furgoneta. Al inicio del camino ha relatado que el acusado vio como su hijo le seguía con una moto y que, entonces, le pidió que dejara de seguirlo.

También ha comentado que el acusado continuó entonces la marcha por la carreta M-505, dirección El Escorial y entonces se percató que agentes de la Guardia Civil le habían localizado y le estaban siguiendo, pues previamente el hijo había alertado de la situación al Instituto Armado.

Entonces, cuando en un cambio de dirección se dirigió a una rotonda, la mujer escuchó como su exmarido le comentó "hasta aquí hemos llegado" y, temiendo por su vida, decidió salir del coche en marcha. Ya en el suelo, ha asegurado ante el tribunal que sintió cerca "unos tiros" y que conoce cuando se producen disparos porque acompañó a su expareja varias veces de caza.

Aparte, ha relatado que en el último año de matrimonio la convivencia había empeorado y que su exmarido había puesto un candado en la cocina y en su despacho para que sus hijos no entraran a estas instancias, molesto por la negativa de éstos a cumplir ciertas peticiones para que le ayudaran en su trabajo. Por otra parte, ha comentado que también cortó los cables de la televisión y que deshabilitó el servicio de Internet en el domicilio para que no lo usaran sus hijos.

Por su parte, el hijo que también ha comparecido sin posibilidad de ver a su padre ha asegurado que éste le encañonó con el arma camuflada en el tubo de PVC y le dijo que si se acercaba a donde estaban él y su madre, le mataba.

Una versión radicalmente opuesta ha dado el acusado para relatar ante el tribunal que el 18 de octubre, y ante la falta de respuesta a sus cartas e intentos de contactar con su mujer, se acercó al domicilio de su mujer con la determinación de "resolver las cosas" en actitud, según ha dicho, "respetuosa" y "amistosa".

Ernesto M. R., que sólo ha respondido a las preguntas del fiscal y se ha negado a declarar ante su defensa y a la acusación particular, ha explicado que llevó ese día un arma camuflada para no "crear alarma social" y mostrarle a su exmujer que, si no se solucionaba la situación generada por la separación, tenía intención de suicidarse delante suya.

Por tanto, ha subrayado que no llevaba la escopeta para atentar contra su mujer sino con ánimo de quitarse él mismo la vida, pues ha comentado que por la separación sentía que "no tenía proyección de futuro".

En este sentido, el acusado ha dicho que no amenazó en ningún momento a su exmujer y que la invitó a subir al coche para tratar de arreglar sus problemas. "Mi actitud fue de diálogo pacífico", ha comentado para subrayar que tampoco amenazó de muerte a su hijo sino que le dijo que su madre y él debían tratar de solucionar sus diferencias por sí mismo.

En este sentido, ha apuntado en su comparecencia que no se percató que le seguía la Guardia Civil y ha aseverado que, en el paso de una rotonda, su mujer decidió "bajarse de forma voluntaria" de la furgoneta cuando estaban manteniendo una conversación "relajada".

Tras parar e intentar dirigirse a ella, apreció como en la rotonda había cuatro o cinco coches de la Guardia Civil y agentes parapetados entre los vehículos. Entonces, según ha relatado Ernesto M. R., entro en estado de "nerviosismo" con los pensamientos "a mil por hora" y "sin saber bien cómo reaccionar" ante una situación "comprometida y muy difícil".

Por ello, ha comentado que realizó cinco disparos al aire y en ningún momento fueron contra su mujer o los agentes. En este sentido, ha dicho también que recibió un impacto en un antebrazo y que le transmitió por dos veces a los agentes que se rendía. Además, ha comentado que no se resistió a la detención.

Versión contrapuesta ha expuesto uno de los agentes del Instituto Armado que participaron en el dispositivo. En este sentido, ha señalado que el acusado empezó a disparar contra ellos y que logró acercarse a él instándole a que depusiera su actitud mientras le encañonaba. También ha comentado que se resistió a la detención y que varios agentes recibieron golpes y patadas.

La Fiscalía también apoya en su escrito de acusación esta versión al indicar que uno de los agentes se bajó de uno de los vehículos para socorrer a la mujer tendida en el suelo. Ernesto entonces disparó su carabina contra ellos y después realizó hasta un total de ochos disparos contra el resto de los agentes que ya habían descendido de los coches.