El vecino de Boimorto José Mejuto Varela falleció el pasado verano con un gran disgusto: la empresa a la que le había encargado en 2011 la tala de los eucaliptos que poseía en dos montes de Palas de Rei en Lugo, Dieda Forestal e Inversiones, no le abonaba el tercer pago acordado, 12.000 euros. Algunos le oyeron proferir amenazas de muerte. Un cáncer se lo llevó y ahora dos de sus hijos, José Manuel y Jesús Mejuto, han sido detenidos como supuestos cabecillas del secuestro del empresario de Cambre Abel Diéguez, que en 2004 constituyó la empresa maderista Dieda Forestal junto a sus hermanos Jorge y Gonzalo además de otro socio. El motivo de su secuestro habría sido por tanto cobrar una deuda, aunque por su libertad exigieron cinco veces más: 70.000 euros bajo amenaza de mutilarlo y matarlo en caso de que su familia no pagara. No tuvieron piedad con su víctima, a la que encerraron en un pequeño galpón y mantuvieron con la cabeza cubierta hasta que la Guardia Civil lo rescató en una granja de Lalín.

El Juzgado de Primera Instancia Número 12 de A Coruña condenó en octubre de 2012 a la sociedad Dieda Inversiones a abonar al padre de los cabecillas del secuestro un total de 12.000 euros más los intereses legales y procesales. A pesar de este fallo la empresa no pagó la deuda a José Mejuto y el juzgado, en enero de 2013, en ejecución forzosa de sentencia ordenó a Dieda Forestal dar una relación de sus bienes y derechos, suficientes para cubrir lo adeudado y también requirió de nuevo el abono de la cantidad, con amenaza de embargo. De nuevo el dinero no se abonó.

Dieda Forestal e Inversiones SL es una sociedad constituida en diciembre de 2004 con sede inicialmente en la rúa Berna de Santiago de Compostela (en la sentencia del juzgado ya figura con sede en Os Vilares en Pravio-Cambre) con 3.100 euros y con el objeto social de realizar servicios agrícolas y forestales, compraventa de madera, compraventa de fincas, promociones inmobiliarias y explotación de negocios de hostelería.

La constituyeron como administradores solidarios Abel, Jorge y Gonzalo Diéguez Neira junto con otro socio. Dieda ya no está operativa pero no está formalmente disuelta porque tiene una anotación registral de la Agencia Tributaria. Es decir, falló la disolución porque existe algún tipo de deuda fiscal no abonada.

En la sentencia emitida por el Juzgado de Primera Instancia Número 12 de A Coruña se constató que el 8 de febrero de 2011 Dieda Forestal firmó un contrato con José Mejuto para la tala y venta de la madera de sus fincas en la parroquia de San Ciprián de Repostería-Setefontes en el municipio de Palas de Rei.

Se acordó un precio de 34.000 euros por la madera y el pago en tres partes, una de 8.000 euros el 11 de febrero de 2011; otra de 12.000 el 18 de febrero; y otra de 14.000 el 25 de febrero.

La sociedad pagó el primer plazo, y luego el tercero en lugar del segundo de 12.000 euros que nunca abonó. El padre de los dos secuestradores llevó entre otros testigos a la trabajadora de la agencia inmobiliaria que redactó el contrato.

Antes de llegar a pleito se intentó una conciliación en el Juzgado de Paz de Cambre, en abril de 2011, pero los representantes de la sociedad Dieda no acudieron a la cita. En diciembre de 2012 la reclamación económica a la empresa que les había talado la madera ya sumaba 16.000 euros, los 12.000 del pago pendiente más 4.000 de intereses y costas procesales.

El juzgado, en enero de 2013 requirió a Dieda Forestal para que entregase su relación de bienes para proceder al embargo (entonces la empresa tenía a su nombre tan solo un todoterreno Santana, un semirremolque y un tractor), pero no se logró la notificación de la licitación a la empresa.

El juzgado de Betanzos que instruye las diligencias acoge hoy una nueva vista en la que se prevé que la jueza ratifique la prisión sin fianza decretada el pasado domingo para los ocho detenidos por el secuestro. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) anunció ayer que se levantaba el secreto de actuaciones.