La discreción predominaba ayer en el entorno familiar del secuestrado. Los allegados a la familia de A.D.N. rehusaron realizar declaraciones sobre el estado del cambrés que permaneció durante cinco días secuestrado y sus familiares.

En las inmediaciones de la casa familiar, en Pravio, imperaba también el recogimiento. Los vecinos se mostraban comprensivos ante la ausencia de movimiento en el inmueble donde, a diferencia del día anterior, ni siquiera la chimenea denotaba la presencia de alguien en el interior y que permanecía al mediodía en silencio.

Personas próximas a la familia atribuyeron al "miedo" tras lo ocurrido el sigilo de los familiares de la víctima. Un empleado del aserradero que regenta el secuestrado auguró que su jefe "tardará el volver".