Visto para sentencia. La Audiencia de A Coruña acogió ayer la última jornada del juicio contra el expolicía J.C.F., acusado de ahogar a su compañera María Dolores Villar el 2 de agosto de 2008 en una playa de Carnota. El fiscal solicitó 16 años de cárcel y una indemnización de 74.460 euros, pena que la acusación particular elevó a 18 años mientras la defensa solicitaba la absolución del acusado.

El abogado defensor aseguró que "no hay pruebas ni testimonios" en contra de su cliente, mientras que la Fiscalía sostiene que el expolicía, prevaliéndose de su mayor fuerza y sus conocimientos de defensa personal, habría sumergido en la playa a María Dolores en el agua hasta que perdió la vida, pues ya en su momento empezó la relación porque veía en ella el medio idóneo para conseguir dinero fácil

Los dos forenses públicos encargados de las autopsias descartaron el homicidio, aunque el perito de la Fiscalía matizó que solo se puede descartar "la presencia de violencia externa", pero no "el accidente, el suicidio o el homicidio". Los dos forenses han insistido en que se trató de una "muerte violenta accidental" provocada por "ahogamiento producido por la ingestión de agua" en la que no se encontró "nada con lo que se pueda sustentar un homicidio".

Uno de los guardias civiles que investigó el caso se mostró contundente: "Llegué a la conclusión de que la mujer se ahogó allí porque fue ahogada, la víctima es pequeña, de baja estatura y muy débil, por lo que resulta fácil, para una persona de más envergadura y con unos conocimientos de defensa de los que no todo el mundo dispone, realizar una inmersión sin necesidad de una estrangulamiento", ha añadido. El acusado, experto en pesca submarina está habituado a inmersiones prolongadas, según expusieron otros agentes.