Frío y dominante. Así se muestra Alfonso Basterra la primera noche que pasó en el calabozo de la Guardia Civil de A Coruña a los tres días de que apareciera el cuerpo sin vida de su hija de 12 años en una pista forestal de Teo. El programa televisivo Espejo Público revela hoy el contenido de parte de las 17 horas de conversaciones grabadas por orden de Vázquez Taín a los padres de Asunta Basterra entre los días 25 y 26 de septiembre.

Entre celda y celda, un pasillo de un metro con apenas un ventanuco por donde se filtraba una mínima luz. A un lado, una Rosario Porto nerviosa, inquieta y buscando el apoyo del padre de la pequeña; al otro lado, un Alfonso Basterra intentando contener a su expareja, controlando la situación y pidiendo cautela porque "nos están grabando".

Aquí reproducimos parte de las conversaciones:

Rosario: ¡Alfonso!

Alfonso: ¿Sí?

Rosario: ¿No me oyes?

Alfonso: Ya te veo, tranquila, todo va a salir bien. Sé fuerte, somos inocentes, no hemos hecho nada, tranquila. ¿De acuerdo, de acuerdo, de acuerdo?

Rosario: De acuerdo.

Alfonso: Tranquila, todo va a salir bien y volveremos a casa.

Rosario: ¿Quién puede estar haciéndonos esto?

Alfonso: No lo sé, nena, por eso mismo hay que tener mucha calma, estar tranquilos. Todo va a salir bien, ¿ de acuerdo?

Rosario: De acuedo.

Alfonso: Yo te quiero y tú me quieres.

Rosario: Eso es lo más importante, pero el problema es que tienen que tener.. no sé

Alfonso: Calma, calma.

Rosario: Quiero irme a casa. ¿Sabes lo horrible que es esto? Quiero irme a casa.

Alfonso: Ya lo sé, tranquila. No pasa nada, iremos para casa.

Rosario: ¿No te dio tiempo a eso verdad? ¿No te dio tiempo?

Alfonso: No. Sé fuerte, estate tranquila que todo va salir bien, mantén la calma.

Rosario: ¿Estás llamando tú?

Alfonso: Sí.

En otro momento, la conversación continúa.

Alfonso: Aprovecha para dormir un poco nena.

Rosario: No soy capaz.

Alfonso: Pues túmbate en la cama y relájate.

Rosario: No soy capaz de sentarme, me ahogo. ¿Quién me puede querer hacer daño, Alfonso?

Alfonso: Pues no lo sé mi vida, no sé quién nos puede hacer esta faena tan gorda, pero tarde o temprano caerá.

Rosario: ¿Qué?

Alfonso: Tarde o temprano caerá.

Rosario: Claro que caerá pero, ¿por qué nos tienen aquí? Tienen que tener un montón de indicios, ¿sabes lo que te digo?

Alfonso: Pues sí pero son medidas que tienen que adoptar, tiene que ser así, igual mañana salimos en libertad condicional o así.

Rosario: Pero luego va a haber juicio.

Alfonso: Pues lo que tenga que haber pero si encuentran al culpable entonces no habrá juicio, habrá para él si lo hay. Lo encontrarán, calma, lo encontrarán. Irá a la cárcel toda su vida. Tú tranquila, no digas nada incoveniente porque nos graban.

Rosario: Ya, bueno, y ¿qué voy a decir invonveniente, Alfonso?

Alfonso: Pues nada mi vida, por supuesto que no, pero cualquier cosa que digamos o hagamos ya has visto, te lo tomas como... eh?

Rosario: Ya, pero tu imaginación calenturienta nos va a generar muchos problemas, muchos.

Alfonso: Por eso, silencio.

Rosario: Y que si yo en casa mato un insecto con un cojín no quiere decir que vaya ahogando a la gente con cojines...

Alfonso: Pues claro que no mi vida, claro que no.

Rosario: ¡Pero fíjate la que has montado!

Alfonso: Ya, pero como no tienen otras cosas dicen, sospechosos, los padres.

Rosario: Ya, pero yo fui tan tonta que todas las cosas que tú me mandabas... Quería que entraras en razón, hacerte ver el daño que me hacias...

Alfonso: Ya.

Rosario: Inncecesariamente, Alfonso.

Alfonso: Ya lo sé. Bueno, ya está.

Rosario: Y te repito que yo maté arañas a cojinazos y que (...) unas risas con las que ahogaba... y no significa... Y lo que tú hicieras tampoco significa que vayamos...

Alfonso: Ya lo sé. Ahora tranquilicémonos y dejemos que actúen y trabajen.

Rosario: Pero ¿me entiendes? Todas esas cosas pueden dar lugar a pensar sabe dios qué

Alfonso: Pero no hay nada.

Rosario: Y lo otro Alfonso, lo otro.

Alfonso: ¡No hay nada!

Rosario: Siento haberte hecho tanto daño.

Alfonso: No pasa nada, el pasado, pasado está. Nena olvídate de eso, se acabó y se acabó. Encontrarán al culpable y saldremos de aquí enseguida, ya verás.

En otro momento de la conversación, ella se derrumba.

Rosario: Bueno, yo no puedo vivir sin ella, me puse bien por ella, Alfonso.

Alfonso: Ya lo sé, calma, calma, calma.

Rosario: Pero Asunta no vuelve, Alfonso

Alfonso: ¿Cómo?

Rosario: No vuelve.

Alfonso: ¿Cómo?

Rosario: ¡Que Asunta no vuelve Alfonso, no vuelve!

Alfonso: Ya lo sé mi vida, ya sé que no volverá nunca.