Un ladrón va a tres juicios en un día en Vigo y tiene otros 22 pendientes

Una maratoniana jornada. Julio C.G., un ladrón reincidente especializado en cometer robos rompiendo ventanillas de vehículos, estaba citado ayer para comparecer en tres juicios en Vigo. Todos ellos por hurtos en el interior de coches estacionados en garajes de edificios de la ciudad olívica. Pero la agotadora mañana que tenía por delante se resolvió en una breve vista de conformidad: tras un acuerdo adoptado de forma conjunta entre la Fiscalía y los tres abogados de oficio que tenía asignados para cada uno de los procesos, el acusado aceptó penas que suman 7 años de prisión. Sus cuentas con la Justicia, sin embargo, todavía no están saldadas, ya que aún tiene otros 22 juicios pendientes. Cuando se celebran todos ellos -en la actualidad ya se encuentra en el centro penitenciario de A Lama-, lo más probable es que todas las condenas se refundan y el máximo de cumplimiento será el triple de la mayor pena que le sea impuesta.

Todas las vistas estaban fijadas en el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo, una detrás de otra en la agenda de señalamientos de la mañana. Pero finalmente se celebró una vista de conformidad única y los más de veinte testigos que estaban citados, entre perjudicados, policías nacionales o peritos, ya no tuvieron que entrar en sala a declarar.

Uno de los tres casos por los que fue sentenciado este hombre, adicto a la heroína, fue por sustracciones en una docena de vehículos en distintos garajes de Vigo en agosto, septiembre y diciembre de 2009. Su modus operandi era casi siempre el mismo, la rotura de ventanillas de los coches para robar todo lo que estuviese a su alcance. Por nimio que fuese el botín. Equipos de radio, gafas, prendas de ropa, monedas, aparatos GPS... "A mí me robó un jersey, un Ipod y unas gafas; no recuperé nada", relataba ayer un afectado que tenía su Peugeot 307 aparcado en su garaje de Gregorio Espino. "La Policía encontró huellas, pero eran de los guantes de goma que utilizaba; lo que pasa es que se cortó y hallaron restos de sangre", agregó. Otro perjudicado contó que cuando fue a denunciar a comisaría, un agente le enseñó un grueso fajo de expedientes de más denuncias por el mismo motivo. "Cada vez que entraba en un garaje, hacía una batida", resumieron sobre el modo de actuar de este activo ladrón.