Los padres de Asunta, Rosario Porto y Alfonso Basterra, estuvieron juntos en los calabozos del cuartel de A Coruña en el que pasaron las primeras noches después de su detención. Allí, ambos habrían mantenido una conversación que revela El Mundo después de que Vázquez Taín decidiese encerrarlos juntos con el objetivo de averiguar si la charla entre ambos deparaba nuevas pistas que arrojasen mayor claridad al caso.

De acuerdo con la grabación descrita por el diario Rosario Porto habría dicho a su exmarido: "Tú y tus jueguecitos (...) ¿Te ha dado tiempo a deshacerte de eso?", a lo que Alfonso Basterra habría contestado con un: "Calla que a lo mejor nos están grabando". El magistrado, según apuntan, había dado el visto bueno para se grabaran todos los sonidos de la noche del 25 de septiembre. Los investigadores entendían que ese momento podía ser clave para apuntalar sus sospechas sobre la supuesta autoría en su participación en el crimen de la pequeña de Santiago.

Un mes después de su ingreso en el centro penitenciario de Teixeiro imputados por el asesinato de la pequeña Asunta, la vida de sus padres en prisión en muy distinta. Rosario Porto, Charito como la conocen sus compañeras del módulo de mujeres, está ya plenamente integrada y empuña fregona y bolso de Prada, además de un amplio vestuario de ropa de marca; mientras que Alfonso Basterra viste por obligación pijama, ya que se encuentra en el hospital penitenciario, como se denomina a la enfermería del penal.

Sólo cuando su abogada le visita o cuando debe salir de la prisión de Teixeiro el padre de Asunta se viste de calle. Hasta para salir al patio lo hacen en pijama aunque abrigados con bata, cazadoras o prendas de abrigo. Precisamente, en las últimas horas El Correo Gallego publicaba una entrevista con él en el que defendía su inocencia y asegura que si la pequeña tomó la "superdosis" de ansiolíticos "que dicen" en su casa, "habría salido moribunda y no fue así"