El 1 de febrero de 1994 tenía lugar un cuádruple crimen en un chalé de Nigrán que conmovió y conmocionó a toda España. Las víctimas del brutal asesinato fueron el industrial vigués y vicepresidente del Celta de Vigo David Fernández Grande, de 58 años; su mujer Pilar Sanromán Fernández, de 47; la hija de ambos Marta, de 23 años y la empleada de hogar de la familia Ana Isabel Costas Piñeiro, también de 23 años y vecina del municipio de Gondomar.

A las 8 de la tarde del día anterior Jesús Vela y Manuel Lorenzo accedieron al chalé de Priegue utilizando su placa policial. Una vez dentro intimidaron a los moradores, maniataron y amordazaron a los cinco miembros de la familia y a la asistenta y los sometieron a vejaciones durante toda la noche para obtener un rescate que, inicialmente, fijaron en 200 millones de pesetas aunque finalmente se rebajó a 20.

Por la mañana, el empresario pidió a uno de sus empleados que retirase 20 millones de pesetas y se los acercase a su casa; un dinero que los dos policías se llevaron tras ejecutar con certeros disparos en la cabeza al matrimonio, su hija y la empleada que no pudieron defenderse al estar maniatados. Los dos hijos varones, David y Pedro, lograron huir y salvar la vida.

Aquella misma noche los dos policías nacionales eran detenidos. Ambos habían sido separados del cuerpo en ocasiones anteriores pro su comportamiento y habían sido expedientados.

La Sección Tercera de la Audiencia de Pontevedra condenó a penas de 212 años de prisión a cada uno de los dos asesinos. Manuel Lorenzo habría sido el "verdugo" de la familia, y su compañero Jesús Vela el coautor de los asesinatos. Diez años después del atroz crimen Lorenzo obtenía sus primeros permisos penitenciarios y no dudaba en visitar Vigo, donde le vieron bailar en una discoteca.