La trágica muerte de la pequeña Asunta, de 12 años de edad y cuyo cadáver apareció en una pista forestal del municipio coruñés de Teo el pasado domingo, parece derivar en un crimen de familia. La investigación apunta que sus padres fueron coautores de la muerte, que podría llegar a considerarse asesinato en función de las puebas que se siguen recabando. El periodista Alfonso Basterra y su exmujer, la abogada Rosario Porto Ortega, permanecen en los calabozos del cuartel de la Guardia Civil de Lonzas en A Coruña imputados por un presunto delito de homicidio "sin perjuicio de las concreciones que el juez pueda hacer una vez declaren", según. Están aislados entre sí e incomunicados con el exterior a la espera de pasar a disposición judicial el viernes, una vez que finalicen los registros previstos mañana en los domicilios de ambos en el Ensanche compostelano.

El móvil del homicidio de Asunta -adoptada cuando tenía menos de un año en China- todavía no está claro y la Guardia Civil mantiene abiertas varias hipótesis, desde un posible móvil económico por la herencia de los abuelos maternos, hasta que la niña, muy lista y adelantada para su edad, descubriera algún secreto o información que no debiera tener.

Una de las líneas de investigación se centra en la herencia que habrían dejado a Asunta sus abuelos maternos, de los que sería su principal heredera según Efe. Francisco Porto Mella, abogado y excónsul de Francia, y su esposa, Socorro Ortega Romero, profesora de Historia del Arte en la Universidad de Santiago, fallecieron con siete meses de diferencia en su domicilio de Santiago. La mujer, de forma repentina el 11 de diciembre de 2012; su marido en julio. Rosario Porto, hija única, dejó de ejercer como abogada.

En la actualidad no se le conocía actividad profesional concreta, pero viajaba con frecuencia a Marruecos en labores comerciales y en compañía, en alguna ocasión, de un ciudadano de ese país asentado en la capital gallega que se enfrenta a un juicio por presunta explotación de inmigrantes en sus tiempos de sindicalista.

A primeras horas de la mañana de ayer el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) informó de que el padre de la niña había sido citado como imputado al registro de la finca familiar en Montouto en Teo, propiedad de su exmujer, si bien al contrario que ella se encontraba en libertad. Ambos, acompañados de sus respectivos abogados, asistieron durante más de siete horas a un minucioso registro de la finca. Al concluir, agentes de la Guardia Civil comunicaron a Alfonso Basterra su arresto y le esposaron.

Basterra llegó con su abogado sobre las 11.45 horas a la finca de recreo de su exmujer en Montouto, Teo, y casi tres cuartos de hora antes lo había hecho Rosario Porto, que se abrigaba con un abrigo de pieles e iba escoltada por la Guardia Civil tras pasar su primera noche en los calabozos coruñeses. Bajo una tenue pero persistente lluvia, ambos presenciaron durante casi 8 horas el minucioso registro de la finca de recreo, a unos 3 kilómetros de la pista forestal donde se localizó el cadáver de su hija. Acompañados por guardias civiles y personal del juzgado, no se les permitió hablar entre ellos.

Al concluir la inspección, Alfonso Basterra salió esposado al ser detenido por un presunto delito de homicidio. El magistrado del Juzgado de Instrucción 2 de Santiago, José Antonio Vázquez Taín, todavía no les ha tomado declaración y cuando lo haga decidirá la posible implicación de cada uno.

La vivienda de recreo de Montouto es una de las piezas claves de la investigación del crimen. Las grabaciones de las cámaras de seguridad del centro de Santiago y las situadas entre la vivienda del Ensanche, donde Rosario residía con su hija, hasta la finca de Teo, permitieron desmontar la primera versión de la madre sobre la desparición de su hija.

Las cámaras demuestran que madre e hija se desplazaron juntas, en un vehículo que conducía Rosario Porto, hasta la finca de Montouto la tarde en la que la niña desapareció; precisamente cuando según su madre Asunta estaba en casa haciendo los deberes. La mujer admitió que fue sola a la vivienda a recoger los bañadores porque al día siguiente iban a ir a la playa, pero la grabación la muestra con su hija. Los investigadores sostienen que la pequeña llegó a la vivienda con su madre, pero ya no salió de allí viva.

Entre otros indicios, en la casa de Montouto se halló una cuerda naranja, igual a la que se halló en las inmediaciones del cuerpo de la niña y que pudo haberse utilizado para atarla antes de abandonarla en la pista forestal. También en la casa habría medicamentos que, se comprueba, habrían servido para sedarla. Aunque de momento no han transcendido los indicios que los agentes de la Policía Judicial localizaron contra el padre de la menor, algunas fuentes apuntan a un informe toxicológico que le implicaría.