La conmoción y estupor por la muerte de la pequeña Asunta y la detención de su madre, que negó ser autora del crimen, van parejos a la rápida investigación para resolver lo ocurrido. Un cordel hallado en el lugar donde apareció el cadáver, similar al encontrado en la casa de Teo, y las grabaciones de seguridad de edificios públicos y privados de Santiago son claves para el caso. Los agentes aún visionan las cintas de las cámaras de edificios como el Parlamento, la Xunta, Tráfico, bancos y centros comerciales en busca de datos que permitan reproducir las últimas horas de la pequeña y donde murió.