Estudiante ejemplar y amante de la música y el ballet. La niña de 12 años cuyo cadáver fue hallado ayer en el concello de Teo (A Coruña) era hija única. De origen chino, fue adoptada de pequeña por un matrimonio acomodado de Santiago.

En esta ciudad residía, en una vivienda situada en pleno centro del casco urbano. La joven estudiaba en el Instituto Rosalía de Castro, un centro ubicado solo unos pocos metros de distancia de su domicilio.

Era una alumna brillante. De hecho, por tratarse de una estudiante de altas capacidades, el colegio había decidido adelantarla de curso y actualmente estaba cursando tercero de Educación Secundaria, uno por encima del que le correspondería en función de su edad.

A diferencia de otros jóvenes de su edad, no pasaba demasiado tiempo enganchada al ordenador. Sus aficiones eran otras. La gran pasión de esta niña de 12 años era la música. Estudiaba piano, instrumento que dominaba casi a la perfección y también daba clases de ballet.

Quienes la conocían aseguran que era una niña "muy guapa" y bastante independiente para su edad. El día de su desaparición pasó la tarde con su madre. A las 20.00 horas se le perdió la pista y comenzó la angustia para sus padres.