Pontevedra recordó a Sonia Iglesias Eirín en el tercer aniversario de su desaparición, con una manifestación que congregó ayer a más de dos mil pontevedreses, emocionados y conmocionados, en las calles de la ciudad y que contó con un nuevo y desgarrado llamamiento de su familia para que se esclarezca el caso.

La familia Iglesias Eirín confía en la Audiencia Provincial para que el caso de Sonia, adscrito al juzgado de Instrucción número 3 de Pontevedra, pase finalmente al juzgado especializado en Violencia de Género. Una decisión que, para ellos, marcaría un punto de inflexión en tanto en cuanto se reactivarían las diligencias y se alejaría, cuando menos durante un tiempo, el fantasma del archivo de la investigación con la etiqueta de "caso sin resolver".

Pero además, entiende la familia de la mujer desaparecida sin dejar rastro hace ya más de tres años, el traslado del expediente a Violencia de Género les daría un aargumento para solicitar la custodia del hijo de Sonia, que en la actualidad vive con su padre que, hoy por hoy, también es el único imputado y lo está por un supuesto delito de detención ilegal.

El menor que tenía nueve años cuando desapareció su madre vive desde entonces con su padre aunque tiene reglado un régimen de visitas con su familia materna. Con sus abuelos (Alejandro Iglesias y Carmen Eirín) pasa fines de semana y la mitad de las vacaciones, responsabilidad que los padres de Sonia asumen con su hija Maricarmen, su única hermana.

Maricarmen Iglesias tomó la palabra en la plaza de A Ferrería, al inicio de una marcha que recorrió el centro durante una hora, para pedir que el caso de su hermana Sonia sea derivado al juzgado de Violencia de Género lo que daría pie a una reactivación y/o un replanteamiento de la investigación.

"Vosotros, los amigos, compañeros, vecinos y todos aquellos que conocíais directa e indirectamente a mi hermana nos seguís demostrando, día a día, que Sonia sigue tan viva en vuestra memoria como en la nuestra, lo que nos da fuerzas para seguir adelante", aseguró Mari Carmen Iglesias, en la lectura de un comunicado con el que se abrió la manifestación en la Praza da Ferrería.

En este manifiesto recordó que "han transcurrido ya tres años desde su desaparición y, aunque es mucho tiempo, no la olvidamos, como sabéis, ni un solo día. Vuestras constantes muestras de cariño y vuestro ánimo nos demuestran que ella también dejó huella en vuestras vidas, haciéndonos sentir muy orgullosos porque pone en evidencia que Sonia era una persona buena y querida por todos", para a continuación reclamar, en nombre de todas estas personas que acompañan a la familia en cada movilización "llegar hasta el final y descubrir la verdad: qué le pasó, dónde está".

Los padres, cuñado y sobrinos de Sonia Iglesias encabezaron la movilización, que se detuvo durante unos minutos ante la tienda de Massimo Dutti en la calle Benito Corbal, donde trabajaba Sonia Iglesias en el momento de su desaparición. Un largo y emocionado aplauso cerró esta parada en el recorrido, como también el término de la movilización en la Praza da Ferrería.