Un tren Alvia con 220 pasajeros que cubría la ruta entre Madrid y Ferrol ha descarrilado esta noche, cuando ya estaba a la entrada de la estación de Santiago de Compostela. La Xunta confirma que se han producido más de 60 muertos y decenas de heridos que han sido evacuados por los servicios de emergencias al Hospital Clínico de Santiago.

El accidente se produjo al filo de las 21h apenas a dos kilómetros de la estación de tren de Santiago, en la bifurcación de A Grandeira. Renfe confirma que se ha abierto una investigación para esclarecer las causas del accidente y aún no confirma que se trate de un exceso de velocidad, hipótesis que se manejaba hasta ahora.

Según narraron pasajeros y testigos del siniestro, el tren descarriló en la curva de A Grandeira -con velocidad limitada a 80km- y uno de los vagones volcó, el resto descarrilaron y en varios de ellos se iniciaron las llamas.

Hasta el lugar se desplazaron efectivos de la Policía Nacional, de los bomberos y personal de emergencias que evacuaron al elevado número de heridos. Los vecinos del lugar participaron como pudieron en las tareas de rescate, aportando agua, mantas y su ayuda.

Las escenas de pánico se sucedían en Santiago, mientras los siniestrados intentaban abandonar por sus propios medios los restos de los vagones siniestrados. Fueron trasladados al Hospital Clínico de Santiago. A estas horas continúan las tareas de rescate con dificultades debido a la oscuridad.

El siniestro ha causado una gran conmoción. Los testimonios del siniestro se suceden, así un joven ourensano que llegó a la estación compostelana en un tren Avance procedente de la ciudad de las Burgas apenas una hora antes del siniestro y que se encontraba en las inmediaciones, afirmó que se encontraron con mucha policía y bomberos dirigiéndose hacia la estación. "No sabíamos que pasaba pero nos enteramos por twitter".

Una testigo del accidente gemía "¡cantos mortos hai aquí!" en una llamada a Radio Galega. Otros testigos hablaban de la crudeza de las imágenes tras el impacto, y señalan haber visto varias sábanas tapando más cadáveres.