El jurado popular declaró ayer culpables, tres por asesinato y la cuarta por encubrimiento, a los procesados por el asesinato del joven Yonier Alejandro Arenas, de 25 años, durante la madrugada del 11 de enero de 2012 en A Cubela. El fiscal solicitó la pena máxima para la inductora, examante de la víctima y madre de la menor de 16 años que también mantuvo relaciones con él, que se sentó en el banquillo señalada por urdir el asesinato y participar en él como vigilante.

El Ministerio Público rebaja la pena de 17 a 16 años de cárcel para el autor material por su "estado de cólera" y, de los 18 que pedía inicialmente para el tercer implicado, baja a "un mínimo de siete años y medio". Tanto este procesado como la joven condenada por encubrimiento a un año y medio no ingresaron ayer en prisión, el primero a la espera de la decisión de los jueces y la segunda por carecer de antecedentes penales y ser la pena pedida por Fiscalía inferior a dos años. El juicio quedó visto para sentencia y la Audiencia Provincial emitirá cuáles serán las condenas. También próximamente se procederá a juzgar a la adolescente implicada, competencia de la Fiscalía de Menores.

El fiscal y la acusación particular solicitan la pena máxima por un delito de asesinato con alevosía para C.B., militar de Ferrol de 31 años, madre de la menor que será juzgada por el mismo crimen. Por unanimidad, el jurado consideró que "planeó los hechos e involucró a los demás partícipes, realizando funciones de vigilancia en el momento del ataque". El jurado ve probado que la mujer mantuvo una relación estable con Yonier Alejandro Arenas, llegando a convivir durante un año y medio en el mismo domicilio con su hija, que la pareja se rompió aunque seguían con "encuentros ocasionales" y que se enteró de que mantenía relaciones con otras mujeres incluida su hija menor de edad, hechos agravantes para que el fiscal pida esa pena máxima, que la defensa demanda reducir al mínimo para este delito, quince años.

El día 10 de enero de 2012, la inductora convocó en su domicilio a los demás partícipes y allí los implicó en su plan para agredir a la víctima "y los convenció para realizar un ajuste de cuentas esa misma noche". El jurado, también por unanimidad, entiende probado que se trasladó con todos hasta A Cubela pasadas las 23.40, en las proximidades de piso de Arenas, y que se apostó a la entrada de un garaje para vigilar "mientras los demás realizaban el ajuste de cuentas".

El tribunal popular rechaza que la única intención fuese la de propinarle una "brutal paliza" y "sin intención de acabar con la vida" del asesinado, sino que "planeó los hechos anteriores e involucró en ellos a los demás partícipes con intención de causarle la muerte o por lo menos sin importarle que con tal proceder podrían matarlo".