Dos años de prisión y la devolución de 9.760 a sus víctimas en cuotas de 200 euros al mes durante cuatro años. Esta es la condena que aceptó ayer por estafa continuada M.E.M.V., la asistenta de un matrimonio de ancianos de Vigo que cogía sin su consentimiento la tarjeta bancaria que tenían guardada en un cajón, junto con la clave, para retirar el dinero en efectivo en varios cajeros automáticos de García Barbón cuando salía a hacer la compra.

En apenas tres meses, los únicos que trabajó en la vivienda hasta que fue descubierta, la empleada retiró con la tarjeta de débito de sus jefes casi 10.000 euros, a una media de 500 euros en cada operación. Así, en el mes de diciembre de 2010 realizó siete extracciones en días distintos que sumaron un total de 3.450 euros; al mes siguiente, en enero de 2011 logró un total de 4.450 euros en diez días distintos, y finalmente hasta el 11 de febrero del mismo año realizó cinco reintegros por valor de 1.900 euros.

En varias ocasiones retiró dinero hasta dos veces durante el mismo día, pero la avaricia rompe el saco. Un día la hija del matrimonio sospechó porque cuando fue a retirar dinero del banco comprobó que alguien había hecho lo mismo apenas media hora antes. "Mis padres no podían haberlo hecho, así que solo podía ser la asistenta", explicaba ayer en los pasillos de la Audiencia. Cuando se dirigió a la mujer para comunicarle que la había descubierto y el correspondiente despido, la asistenta lo negó todo, aunque después se derrumbó en la comisaría de la Policía Nacional y también ante la juez de instrucción. Justificó su actuación alegando que lo hacía para ayudar a su hijo, si bien en aquel momento éste trabajaba.

La hija de las víctimas explicó que sus padres eran mayores y nunca sospecharon que la mujer había tenido acceso a la tarjeta de débito y muchos menos a la clave, ya que creían que la tenían bien guardada en un mueble de su domicilio

La asistenta según confesó ayer al admitir los hechos, aprovechó su estancia en la vivienda para apoderarse de la tarjeta de débito cuando salía a realizar la compra, pero volvía dejarla en su sitio para que nadie sospechara. Las víctimas residen en el Areal vigués, por lo que la retirada de dinero se realizaba siempre en los cajeros de García Barbón, que le quedaban de camino al supermercado.

La Fiscalía solicitaba inicialmente una condena de dos años y medio de prisión, así como la responsabilidad civil de 9.750 euros y el pago de las costas procesales.

El acuerdo de conformidad alcanzado por la defensa de la acusada con la Fiscalía y la acusación particular ayer, evitó la celebración del juicio oral previsto en la Sección Quinta de la Audiencia con sede en Vigo.

La mujer se declaró autora de un delito de estafa continuada y aceptó una condena de 2 años de prisión, además de la devolución de la totalidad del dinero y del pago de las costas judiciales.

Su defensa solicitó al tribunal la suspensión de la condena, de forma que no tenga que ingresar en prisión ya que carece de antecedentes anteriores. La sala aceptó la propuesta condicionándola a la devolución de la totalidad del dinero estafado.

Dada la situación económica de M.E.M.V., el tribunal le ha dado un plazo de cuatro para abonar los 9.750 euros estafados en cuotas de 200 euros al mes. En caso de incumplimiento se acordará su ingreso en un centro penitenciario.